Cuando Inés Rey anunció a comienzos de octubre de 2019 el inicio de una campaña municipal contra los aparcamientos indebidos contó que ella misma había sido testigo de las dificultades para circular en coche en hora punta por Juan Flórez, dado que solo el carril central estaba libre y los dos de los extremos estaban ocupados por vehículos estacionados en doble fila. “Lo voy a decir con claridad: hay falta de conciencia cívica en algunos conductores que habitualmente hacen uso de estas prácticas”, lamentó la alcaldesa. Esa escasa concienciación de los conductores persiste y la campaña del 092 contra los estacionamientos irregulares no ha tenido el resultado esperado a tenor de los datos oficiales sobre denuncias por aparcar en doble fila en 2020, que crecieron un 137% en dos años, de 962 a 2.287. Policías, conductores del bus urbano y taxistas apuntan estas causas para explicar, bajo su punto de vista, por qué ha repuntado la doble fila y demandan un planteamiento policial distinto y más eficiente.

“La campaña empezó con fuerza. Fue efectiva al principio”, recuerda Alberto Couselo, presidente del comité de empresa de la Compañía de Tranvías. “Los primeros días tuvieron el efecto deseado, pero si se quiere obtener un resultado hay que insistir porque en el día a día no funciona”, coincide Manuel Freire, delegado sindical de CSIF y presidente de la Asociación Profesional de Policía Local. Ambos expresan sus opiniones sorprendidos por el repunte de las multas por aparcar en doble fila, dado que en 2020 se redujo la movilidad en general en la ciudad, durante unos tres meses de forma más acusada por el confinamiento del estado de alarma por la pandemia del COVID.

Cada uno matiza que cada zona de la ciudad tiene sus particularidades y “problemáticas”, que en unos casos se producen de forma puntual, como en los accesos a los colegios, y en otros se repiten varias veces al día. “En las vías principales hay que reforzar el control a la doble fila, me refiero a Linares Rivas, Juan Flórez o avenida de Arteixo. Si se persigue no aparcar en la ronda de Outeiro o en estas calles tiene que haber más agentes, hace falta otra planificación, porque no es verdad, como se dijo, que hubo al principio 80 agentes encargados de la vigilancia a la doble fila”, comenta Freire.

Couselo, como conductor del bus urbano, lamenta que “la doble fila es ley” en A Coruña, al igual que otros estacionamientos indebidos. “Se ha institucionalizado y hay ejemplos sangrantes alrededor de los juzgados en Os Mallos y en la plaza de Lugo, donde se maniobra para aparcar en doble fila. En San Pedro de Mezonzo hay conductores que aparcan en la parada del bus a esperar o dejar a alguien y no lo hacen en los sitios libros del otro lado de la calzada. En la parada del bus urbano de Correos en A Sardiñeira hay conductores que dejan el coche allí toda la noche”, repasa.

Estos ejemplos, apoyados por los datos sobre la evolución de las infracciones en las memorias del 092, ponen de relieve el débil efecto que la infracción de estacionar en doble fila causa en los conductores. “Hoy nadie viaja sin ponerse el cinturón en el coche, hay miedo a una sanción por no usarlo. En cambio, no hay el mismo miedo a una multa por aparcar en doble fila. Lo difícil es que la gente comprenda el daño que hace a otros servicios actuando así”, comenta Couselo, que es partidario de otras medidas, distintas a una campaña municipal para reducir los aparcamientos irregulares: recuperar el carril bus, priorizar los carriles de bicis y patinetes eléctricos “con mayor seguridad” o aumentar los aparcamientos disuasorios. “Son soluciones que con el tiempo van a producir más beneficios”, cree.

Desde el volante del taxi, a Manuel Sánchez Quindimil también le asombra el número “abusivo” de denuncias por dejar el coche aparcado en doble fila. “Los datos de 2020 son raros porque hubo mucha menos circulación en las calles y no notamos tanto el problema del estacionamiento. Asegura que los taxistas paran para dejar o recoger clientes en zonas de las calles donde no obstaculizan el tráfico. “El mal aparcamiento, como la doble fila, no se erradica si no hay concienciación de los conductores. Cada uno tiene sus compromisos y circunstancias, pero hay que darse cuenta de que no se puede molestar dejando el coche en carriles de paso para tomar un café o comprar el pan”, comenta el presidente de la Federación Gallega del Taxi.