“¡Mi madriña, qué lugar!”, exclamó James Rhodes al comienzo de su concierto de ayer en la plaza de María Pita. “Estou como en casa”, confesó. Sorprendido por el escenario en el que interpretaba la música de Brahms, Bach o Beethoven, el músico británico nacionalizado español se dirigió al público en gallego al principio de su primera intervención, pero admitió no dominar suficientemente bien el idioma, algo que cree que hará mejor el próximo año si vuelve a visitar Galicia. “Prometo hablar en gallego la próxima vez”, dijo antes de disculparse y continuar hablando en castellano el resto de la velada. El público aplaudió el gesto.