¿Somos conscientes de los riesgos y peligros del empleo del móvil?

No (ríe). Todos tenemos algo en el móvil que no estaríamos orgullosos de que saliese a la luz pública. Es maravilloso poder estar en Linkedin y Facebook, pero eso significa que tu móvil está conectado a Internet, a un salto de que esos datos puedan ser públicos. No son tan peligrosos los virus como instalar aplicaciones a lo tonto. Algo que hacen los delincuentes es comprar aplicaciones muy bajadas y subir una actualización, que se baja automáticamente en el móvil y tiene regalitos. Y con el móvil estás dando permiso a la empresa detrás del sistema operativo, Apple o Google, de que te hagan un seguimiento. Por defecto, si no les dices “no me lo hagas” lo van a hacer. Estás cediendo tus datos de localización, y pueden utilizarlo luego cruzándolo con datos de navegación.

¿Usan datos personales?

Habitualmente no emplean datos en sí, sino metadatos, datos hechos a partir de los primeros. Les da de sobra para saber tus gustos, aficiones y con quién estás. Los datos personales, como nombre y filiación, no se los pueden vender a cualquiera en Europa, al contrario que en Estados Unidos. Pero los puede tener la empresa, y en este caso Google no es como Android: también sabe las búsquedas. Lo que quieren es venderte publicidad segmentada, algo sacan siempre. También pretenden que te interese lo que estés buscando, y a través de los algoritmos se crean pequeños grupos que son cajas de eco, para que solo veas tus gustos afines. Eso pasa en Youtube: a dos personas buscando el mismo término les salen resultados distintos en Google.

¿Qué debo hacer para tener el control de mis datos, ante la operadora y ante Google?

No lo vas a tener (ríe). La operadora, si quiere, sabe lo que visitas, si lo explota o no es otra cosa. Lo que se debe hacer es controlar mucho el acceso a las aplicaciones. En los Android, para que la aplicación tenga acceso a otras cosas como el SMS te pide permiso siempre, pero vamos con el clic fácil, y damos para adelante. Hay que plantearse por qué una aplicación que por ejemplo es una linterna quiere acceder a tus mensajes. Los malos también pueden enfocar a tus hijos para que se bajen una aplicación en tu móvil.

¿Cuáles son los problemas de seguridad más comunes?

Habitualmente no vigilar qué aplicaciones instalas y con qué permisos. Otros son mensajes como “hay 3.000 euros para ti” que engañan al usuario para que vayan a una web y allí dé sus datos o baje algo. Otra cuestión: todos tenemos la aplicación del banco en el móvil. Hay que activar por vías seguras el segundo factor de autenticación, tanto en web como en el móvil. Ahora hay ataques que llaman SIM swapping. Te clonan la tarjeta, y si de repente pierdes cobertura es porque cogen el control de tu número de teléfono. Si tienes autentificación por SMS o por voz, ya estás fastidiado. Diría a la gente que, si el móvil queda muerto de repente, llama a la operadora inmediatamente y cambie la clave.

Cada vez hay más webs, Gmail, Youtube, que piden un móvil ligado.

Por un lado, ellos te venden seguridad, pero por el otro, tienen una vía de contacto más, y pueden relacionar tu teléfono con todos los servicios que tienes con ellos. También lo hace Facebook a través de WhatsApp. Ahora quieren meter publicidad en el Whatsapp y están viendo cómo. No saben por dónde te mueves, pero cuando tengas una feed de Facebook y te muevas por ahí... En Estados Unidos hay escenarios de película: te mueves por determinado barrio y te dicen que compres en determinada tienda, o una venta cruzada con un producto.

¿Qué papel tienen entonces las redes sociales?

Volcamos ahí nuestra vida sin control, y los malos las pueden usar para ver quiénes son tus amigos, o cuáles son los factores de ataque de ingeniería social que te pueden aplicar. Y hay muy gente que está muy mal de la cabeza: algún psicópata puede usar en tu contra lo que pones. Y luego el big data para las empresas. Hemos visto que se utiliza para polarizar a la sociedad, lo vimos con lo de Hillary y Trump.