“Lo más importante es echarse desodorante y traer los calcetines limpios” o “¿te lavaste los dientes? Eso da puntos”, con estas bromas y con otras más que se le van ocurriendo sobre la marcha, Patri, que lleva 19 años como voluntaria de Protección Civil, les sacaba una sonrisa a los niños y niñas de trece años que, este lunes, acudieron a Expocoruña para recibir la primera dosis de la vacuna Moderna. Para muchos de ellos, ha sido un día especial, de salir temprano de casa, en Malpica o Betanzos, para venir a A Coruña, acompañados de sus padres, de sus madres, de sus abuelos o, incluso, de algún vecino, también un día de ir calmando los nervios, de ir hablando con los compañeros de clase y de preguntar mil veces lo mismo: “¿duele?”.

La mayoría ya sabía, antes de ponerse en la fila, que no, que es un pinchacito de nada, pero a pesar de todo, no podían dejar de sentir ciertos nervios al saber que era su brazo el siguiente que iban a pinchar los sanitarios.

El Sergas citó este lunes a 5.393 jóvenes de entre doce y 16 años, a media mañana eran sobre todo los de trece años los que se ponían en la fila con el justificante en la mano para recibir esta primera dosis.

Aldara y Mara nacieron con un minuto de diferencia y fueron citadas también juntas a la vacunación, sus madres son amigas, así que, esto, como tantas otras cosas, la hicieron juntas. Tras recibir el pinchazo, confesaban que habían ido a Expocoruña sin muchas ganas, porque pensaban “que dolía mucho”, pasado ya este primer paso, irán a recibir la segunda dosis ya “más tranquilas”. Tanto al entrar en Expocoruña, como al salir, se encontraron con compañeras de clase que, como ellas, habían acudido a la cita.

Los menores acuden con sus padres, madres o abuelos a la cita en Expocoruña

“La verdad es que los niños vienen un poco asustados y un poco tensos y, si les dicen un par de cosas, como que si son del Dépor o si se han lavado los dientes, se relajan un poco”, admite Patri, que asegura que todas las personas que acuden a vacunarse se comportan bien y que la jornada, también con los más jóvenes, es tranquila. “A veces se forman colas, pero es que las generamos nosotros al no respetar la hora de la cita que nos ponen”, comentaba y, aunque es ella la que pone voz y sonrisas a los voluntarios de Protección Civil, asegura que todos son necesarios para que la campaña sea exitosa y para que se pueda combatir la pandemia, con la inmunización, desde los sanitarios, que son los que inoculan los viales, hasta las personas que limpian y también hasta ellos, que se encargan de organizar las filas y de que cada uno vaya en su turno y lo más tranquilo posible.

Joel Conde empezará el próximo curso, en el IES Manuel Murguía, de Arteixo, con la pauta completa, ya que él es uno de los menores de edad que se contagió y que pasó la enfermedad casi sin síntomas. Tiene trece años y aseguraba que “aunque iba con un poco de miedo por el pinchazo”, al final, no había sentido “casi nada”.

Para Breogán Cancela, que acudió acompañado de su madre al centro de vacunación desde Malpica, ha sido un día importante, ya que es la manera de proteger también sus abuelos, en su casa queda ahora solo su hermana por vacunar, que tiene nueve años, así que, aún le toca esperar. “Cuanto antes me vacunen, más posibilidades tengo de ser asintomático”, decía Breogán, que estudia en el IES Eduardo Pondal, de Ponteceso, y que contaba que estaba pendiente de cuándo era su cita.

Para todos ellos el curso pasado fue “un poco raro”, con la obligación de llevar mascarilla, con los itinerarios marcados en el suelo para no cruzarse y con las restricciones para juntarse con otros compañeros, también lo fue el anterior, cuando tuvieron que estar confinados en casa y su interacción social se limitaba a las pantallas. Para el próximo curso, mucha incertidumbre, por ver cómo se presenta este segundo curso de Secundaria, si la vacuna les traerá la posibilidad de ir conquistando parcelas de normalidad o si tendrán que seguir con las limitaciones.

Por ahora, saben que la primera dosis es una puerta abierta a que el coronavirus, si entra en sus casas, no sea tan letal como en el pasado, también que, por mucho que les asusten las agujas, este primer pinchazo —y el segundo, que recibirán en 28 días— les aleja de sufrir la enfermedad con síntomas graves y también de que sus familiares mayores tengan que ir al hospital. Ahora les toca esperar y ver si la vacuna les hace reacción si, como a algunos de sus hermanos mayores les duele el brazo, o si se sienten cansados o si, por el contrario, no notan nada en todo el día.

Durante esta semana, los menores de entre doce y 16 años están llamados a vacunarse mañana y pasado, ya que este martes se suministrará la segunda dosis a los vecinos de entre 20 y 29 años, como el viernes. El sábado no está previsto que Expocoruña abra para suministrar más dosis. En total, para esta semana, entre mayores de edad, menores, personas que hayan pedido autocita y también que se les repesque, están citadas 39.620 personas, de las que 37.556 son de la zona de A Coruña y 2.064, de la de Cee.

Marcos y Natalia son gemelos y Elías es su amigo, todos tienen trece años y, aunque tenían cierto recelo a vacunarse, no faltaron a su cita. “Tenemos un poco de miedo por si tenemos algún efecto secundario, pero yo creo que todo va a ir bien”, decía Natalia, un poco menos confiado iba Elías, a quien aseguró que vacunarse le daba “pereza” pero que, aún así, iba a ponerse su dosis, porque peor será pasar el coronavirus.

A la salida de la vacunación, se formaba otra fila, la del carrito de los helados, ya que todo sacrificio merece su recompensa.

Joel Conde, con su padre. | // VÍCTOR ECHAVE Gemma Malvido

“A mí solo me ponen esta dosis porque pasé el coronavirus”

Breogán Cancela, con su madre. | // VÍCTOR ECHAVE Gemma Malvido

“Cuanto antes me vacunen, más posibilidades tengo de ser asintomático”

Aldara y Mara, con sus madres, Raquel y Marta, tras recibir la vacuna. | // VÍCTOR ECHAVE Gemma Malvido

“No nos dolió nada, así que, para la siguiente, vendremos con más ganas”

Elías, Natalia, Gustavo, Marcos y Juan Manuel, ayer, en la fila de la vacunación. | // VÍCTOR ECHAVE Gemma Malvido

“Tenemos miedo por si tenemos efectos secundarios pero seguro que va a ir bien”

Ana y su hija Zeltia. | // VÍCTOR ECHAVE Gemma Malvido

“Estoy un poco nerviosa por si me duele, aunque dicen que no”

Saray, su madre Ana, y su hermana, de diez años. | // VÍCTOR ECHAVE Gemma Malvido

“Tenía ganas de vacunarme porque el curso fue un poco rollo”