A Coruña ha subido en tres meses una posición en el ranking de ayuntamientos gallegos con mayor número de plazas en viviendas de uso turístico (VUT), una modalidad de alojamiento que supera el medio millar de unidades. En mayo, la ciudad era la cuarta en esta clasificación y a 1 de agosto es la tercera, con 66 camas más que O Grove, municipio al que ha desbancado. En total, A Coruña tiene 2.471 plazas, una cifra asociada a una evolución —un aumento de este tipo de alojamientos del 26,6% en el último año, de 416 a 527— que corrobora el auge de las VUT como opción residencial segura ante los riesgos que aún entraña la pandemia y que al mismo tiempo crea un tipo de perfiles concretos que se repiten en los últimos meses: grupos de amigos, parejas jóvenes y, sobre todo, más de una generación de la misma familia.

La descripción de estos perfiles la constata la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga). “Vemos a más familias con dos o más generaciones que viajan juntas, que lo hacen con los abuelos y de forma tranquila. Es un tipo de turismo que busca la calma, el paseo y la comodidad de estar en un lugar espacioso el tiempo que sea necesario al día. Por eso encuentran ideales los pisos de alquiler turístico. Esto se produce en A Coruña y en otras ciudades y localidades”, explica Rafael Serrano, vicepresidente de la entidad.

Los grupos de amigos que quieren tener facilidades para poder reunirse o cenar juntos en sus destinos vacacionales también consideran cómodas las VUT, que les proporcionan independencia para organizarse sin tener que estar pendientes de la disponibilidad de mesas en restaurantes. Algo parecido buscan las familias jóvenes con o sin hijos, que a la hora de descansar o alimentarse prefieren la comodidad de una vivienda frente a la de un hotel.

Aviturga advierte en estos perfiles de ocupantes de pisos turísticos en la ciudad de A Coruña que son mayoritarias las reservas de visitantes procedentes de otras partes de Galicia, seguidas por las de turistas de provincias del interior de España que quieren pasar las vacaciones en la costa. La estancia habitual en VUT está entre los tres días y la semana completa, tiempo suficiente, añade la asociación, para conocer los alrededores de la ciudad y desplazarse a otras zonas más alejadas sin salir de Galicia. Los visitantes de otros países son más escasos y no suelen desplazarse a la ciudad por motivos turísticos, sino más bien por razones personales o profesionales.

El incremento de las viviendas de alquiler turístico sitúa la ciudad como la segunda de Galicia con mayor número de plazas. Las 2.471 representan el 3,5% del total de la comunidad, que supera las 13.000. A Coruña está justo por debajo de Santiago con el 5,2% (3.699 camas) y dos posiciones por encima de Vigo con el 3,2% (2.279).

Según el Rexistro de Empresas e Actividades Turísticas de Galicia (REAT) y con datos actualizados a 1 de agosto, el porcentaje más alto de plazas por alojamiento en la comarca de A Coruña y As Mariñas es del 38% y corresponde a las viviendas que tienen cinco o seis plazas; el 15% tiene más de seis y el 11%, solo una o dos plazas.

El segmento de las VUT ha experimentado un relevante ascenso en los últimos años y la pandemia, a tenor de la evolución más reciente, demuestra que gana preferencia entre la población que busca alojamientos seguros en los que evitar concentraciones de personas. En 2017 estos pisos se incorporaron al REAT como viviendas de uso turístico. Desde junio de aquel año, los apartamentos turísticos o albergues crecieron un 136% y un 129%, mientras que las VUT, en un 2.123%, de 542 a 13.312 pisos en cuatro años.

Abuelos, padres e hija cuatro días en un piso del Orzán

Tres generaciones de una misma familia con miembros que durante el año viven en Madrid y Pamplona se alojaron la semana pasada en una vivienda de alquiler turístico de la zona del Orzán. La experiencia resultó “fantástica”, confiesa Rosa Novoa, una de las visitantes. El propio piso, su ubicación, la gastronomía, los paisajes y “la amabilidad de la gente” quedarán en el recuerdo de estos turistas, alguno de ellos con raíces gallegas. Vinieron dos matrimonios, uno con una pareja de “más de 80 años” y otro “que anda por los 60”, el hermano del varón de mayor edad y la hija de la segunda pareja y nieta de la primera. “Tenemos casi todos una edad en la que buscamos comodidad. No queremos preguntarnos a qué lugar podemos ir ahora y a cuál después, nos gusta desayunar en casa, hacer planes sobre la marcha y quedarnos de tertulia. Así que lo mejor era quedarse en un piso turístico y elegimos uno fenomenal”, cuenta Novoa. La vivienda estaba a un paso del paseo marítimo y los visitantes se encontraron con “todo impecable” y facilidades para aparcar el monovolumen de nueve plazas en el que llegaron primero desde Navarra y luego desde Madrid. Pasaron cuatro días en la ciudad y estuvieron también en Santiago, Betanzos, Foz y Monforte.