El nivel medio en el que se encuentra ahora A Coruña permite la apertura del ocio nocturno hasta las tres de la mañana. El cambio de restricciones se efectuó el pasado viernes, por lo que fue el primer fin de semana en el que se volvió a ver gente en la calle Orzán y en algunos pubs de la Marina. Un pequeño paso hacia la normalidad, pero las cuentas de estos establecimientos siguen sin cuadrar, tras tantos meses cerrados, y se unen para pedir un plan que les permita recuperar su actividad “al 100% en septiembre”.

Lo explica el presidente de Galicia de Noite y copropietario de la Sala Pelícano, Luis Diz, que ayer, junto a España de Noche, desveló los resultados del Estudio sobre el impacto de la crisis del COVID: La facturación de los locales de ocio y espectáculos han alcanzando este mes el 6,37% de lo que se facturó en agosto de 2019, antes de la pandemia. El dato se sitúa por debajo de la media nacional, que es del 11,46%.

El estudio concluye que las pymes gallegas recibieron ayudas por parte de las administraciones “por un 14,21% del valor de las pérdidas acumuladas” durante 17 meses. Propietarios de establecimientos de ocio nocturno han tenido que hacer frente a gastos de mantenimiento, alquileres, acometidas, salarios y costes de la Seguridad Social.

De acuerdo con la opinión del 96,2 % de las centenares de empresas consultadas en toda España, la situación actual del sector es “insostenible”, por lo que resulta necesario reactivar el calendario de actos de protestas y movilizaciones para demandar las ayudas económicas necesarias. En A Coruña, de momento, no está programada una nueva manifestación.

La Sala Pelícano fue pionera en las pruebas piloto para reactivar el sector. Abrió en junio, con test y mascarilla obligatorios para las mil personas que accedieron a la discoteca. Sanidad dio por bueno esta prueba, pero poco después, la quinta ola decretó el cierre.