El agente de la Unidad de Intervención Policial Víctor Bellón aterrizó ayer en Alvedro, después de casi cuatro meses en Kabul, donde durante las últimas dos semanas participó en tareas de repatriación de la población afgana y de españoles desplazados allí. Le esperaban en el aeropuerto su mujer y su hijo y también compañeros del Sindicato Unificado de Policía (SUP), que le recibieron con un aplauso, con abrazos y palmadas en la espalda y también con la petición en la mano para que el Ministerio del Interior le otorgue tanto a él como a sus compañeros, la máxima condecoración posible por su labor en el país asiático.

“Estoy orgulloso de pertenecer a la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de poder ayudar en este dispositivo y de poder ayudar a esta gente que ha salido de un infierno. Gracias a ello [a la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado], muchas familias están aquí y, sobre todo, los niños, que tendrán una vida mejor”, relató ayer Bellón, que aseguró que la experiencia había sido “de las peores” que había vivido en toda su carrera, que no es corta, ya que Bellón lleva 27 años en el Cuerpo Nacional de Policía. Durante 23 años Bellón ha prestado servicio en la Unidad de Intervención Policial —conocida popularmente como la de antidisturbios— sobre todo en A Coruña, donde lleva trabajando veinte años, aunque también tuvo otros destinos como Vigo y Madrid.

Bellón ya había estado en Afganistán en 2018, aunque, tal y como informó a su llegada al aeropuerto de Alvedro, lo vivido en esta ocasión, sobre todo durante los “últimos diez días,” fue más duro que entonces. Aunque emocionado y agradecido por el recibimiento, tanto de sus compañeros como de los medios de comunicación, el agente no pudo entrar en detalles de cómo era su día a día en Kabul ni de cómo se produjeron las labores de evacuación de la población una vez que los talibanes tomaron la ciudad, aunque aseguró que, durante el tiempo que estuvo allí, los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado vivían “en una burbuja”, haciendo su trabajo y bastante ajenos a la exposición internacional. Sabían que sus familias estaban asustadas porque tenían acceso al Whatsapp, pero poco más. Bellón aseguró que, tras casi cuatro meses en el país afgano, lo que necesita es “descansar” y “estar con la familia”. Él fue el único agente gallego que participó en esta intervención.

El secretario general del SUP, Roberto González, instó ayer al Ministerio del Interior a “ser justo” con la labor desempeñada por Bellón y por sus compañeros, y a que, en octubre, coincidiendo con el patrón de la Policía Nacional, les otorgue” un reconocimiento acorde a la excepcionalidad de la situación”.

“Obviamente él ahora no está pensando en eso, pero creemos que estamos a tiempo todavía de que se pueda recompensar lo que hizo por nuestro país y también por la angustia que pasó su familia durante todo este tipo”, relató el secretario general del SUP.