La ilusionista venezonala Dania Díaz, conocida en España por su actuación en Got Talent, inicia este sábado el ciclo Forumáxico, organizado por el Concello, con La Maga. Será a las 19.00 horas en el Fórum Metropolitano, y las entradas pueden pedirse en el 662.867.109 o en la taquilla de la plaza de Ourense.

¿Cómo empezó en la magia?

La primera vez que vi un mago fue en la televisión, con diez años, y me revolvió todo por dentro. Era una niña bien artística, y descubrí una nueva manera de expresarme. Empecé jugando, inventándome mis propios trucos, no era muy buena (ríe) y comprando trucos para niños. En la adolescencia lo dejé a un lado, nadie te dice que la magia es una profesión. Estudié Turismo, y en la carrera monté una empresa de animaciones con unas amigas. En nuestro primer evento había un mago, el único de mi ciudad, y resulta que buscaba asistente. Pensé que era el destino.

¿Y luego?

Trabajé con él tres años. No me quería enseñar, pero aprendí por mi cuenta. Decidí dejar de ser la asistente y ser maga. Pero la situación de Venezuela no era la óptima y la magia es muy cara. Decidí irme y me fui solita, con mi maleta de magia, primero a Colombia y luego a Panamá. Allí hacía magia en calles, en buses...

Recibió varios premios, como el Flasoma Chile 2013.

Sí, me habían dado visibilidad. Ahí decidí inscribirme en el Congreso Nacional de Magia, en 2016. Dije, voy a ir a España, que es donde están los mejores magos del mundo, y voy a probar suerte allá. Gané el premio, y luego me volvieron a llamar para un festival y me quedé un tiempo.

Y la llaman para ir a Got Talent.

Lo vi como una tremenda oportunidad para exponer mi magia. Eso catapultó mi carrera.

También participó en otros programas de televisión, en Italia y Estados Unidos.

Estuve en el especial The Champions de Got Talent, y luego estuve en el Tú sí que vales de Italia. No hablo italiano, me aprendí el guión (ríe). Y luego en Fool us, que consiste en ir a engañar a otros dos magos muy conocidos, en este caso Penn y Teller.

¿Cómo fue la experiencia?

Fue con el COVID y lamentablemente no pude viajar a Las Vegas, donde se hacía, pero lo grabamos a distancia. Hice un número propio y conseguí engañarles.

Trabaja, sobre todo, con cartas.

Me enamoré de la magia con cartas al ver hacerla, y para mí era un elemento tan sencillo, pero con el que se podían hacer cosas tan imposibles... También tiene que ver la situación en la que vivía, no tenía para comprar muchas más cosas (ríe). Una baraja de cartas era lo más económico, eso y las monedas. Las cartas son infinitas posibilidades. La gente no se aburre, y es un elemento al que hay muchísimas cosas que sacarle. Pero si hubiese tenido la posibilidad de comprarme esas cajas de grandes ilusiones, quién sabe qué hubiera pasado. Me enamoré de la cartomancia, y hasta ahora es lo que me ha identificado, y con lo que me di a conocer.

¿Cómo será La Maga?

Vamos a hacer un popurrí para que todos se diviertan, va a ser algo muy familiar pero sin dejar de lado la magia emotiva que me gusta, que incide en contar historias personales. Voy a ser interactiva con los niños, vamos a bailar, va a ser una fiesta... (ríe). Y luego ya nos pondremos un poco más emotivos.

¿Por qué decidió introducir historias en sus espectáculos de magia?

Cuando empecé no contaba historias, hacía lo que hacían mis referentes. Pero mi mamá me inculcó mucho la poesía, y yo escribía mis propios poemas. Llegó un punto en el que empecé a pensar en compaginarlo, como algo único, personal. Lo saqué a la luz por primera vez en Got Talent. Fue un riesgo, pero contar la historia de mi vida con una baraja de cartas dio pie a que pudiera expresarme mucho más a través de mi magia, y conecta con la audiencia a otro nivel.

¿Qué es lo esencial de un mago?

Son tantas cosas... La magia tiene muchísimas capas. Comienzas arañando la superficie, pero abajo hay más cosas. Lo principal es que te apasione, y es muy importante la práctica, la disciplina, hasta que salga perfecto. Más allá de eso, estudiar otras artes que se compaginen.