Todos los veranos zarpa desde la dársena de la Marina, a la altura de Puerta Real, el Rías Altas Dos, la lancha turística que desde A Coruña recorre durante una hora las aguas de la ría que bañan la ciudad y la costa de Oleiros. El barco sale y atraca en la Marina, no tiene destino en ningún puerto o embarcadero vecino, al contrario que las antiguas lanchas que hasta hace algo más de dos décadas, y durante 80 años, cubrían el trayecto entre julio y septiembre cargadas de pasajeros para llevarlos a las playas oleirenses, sobre todo a Santa Cristina, pero también a Bastiagueiro y Santa Cruz. Aquel servicio estival, incluso el actual que continúa cubriendo la empresa Cruceros Marítimos Fernández Cabana, es la base en la que más de una vez se han apoyado fuerzas políticas como el BNG y Marea Atlántica para tratar de promover la movilidad marítima en la ciudad y el área metropolitana con servicios más frecuentes o permanentes. Pero esta alternativa de transporte, que en Galicia solo tiene arraigo y continuidad en Vigo para mover pasaje diario a Cangas y Moaña, se antoja prácticamente inviable hoy en A Coruña.

Para empezar, y como clave del asunto, no ha habido interés de ninguna empresa en explotar el servicio. Al tratarse de un transporte liberalizado, su gestión depende fundamentalmente de la voluntad de una sociedad que tenga entre sus planes ofrecer viajes diarios por mar entre la ciudad y Oleiros. ¿Habría suficiente demanda? ¿Es rentable económicamente? Dos cuestiones primordiales que en algún momento se hizo Cruceros Marítimos Fernández Cabana, la explotadora de la lancha turística de A Coruña y de otros servicios parecidos en la ría de Ferrol. “Hoy es imposible”, sentencia Francisco Fernández, su responsable. “Primero, porque no hay personal suficiente”, añade. Son siete trabajadores en su empresa.

“Antes la gente subía más a la lancha porque no tenía coche y en el verano quería escapar a las playas del otro lado de la ría. Pero hoy todo el mundo tiene coche y es más cómodo que ir en barca”, cree también Paco Fernández, hijo del dueño de la naviera que dirige el timón de la barca turística que sale de Puerta Real. Ni siquiera el pasajero actual del verano es tan numeroso como el de antes. “Ahora sube menos gente, a veces nadie. Hacemos seis viajes al día, que son menos que los de antes”, explica.

La demanda insuficiente no es el único gran obstáculo que impide la implantación permanente del servicio de viajeros por mar en la comarca coruñesa. Es requisito básico que a ambos lados de la ría haya puntos de atraque adecuados, competencia portuaria, y en el área metropolitana es Sada la localidad que ofrece mejores instalaciones. Portos de Galicia y Puertos del Estado realizarían diversas gestiones administrativas mediante registros para la ampliación del transporte de pasajeros explotado por una empresa interesada, aunque Marina Mercante debería dar la autorización final del servicio con recorridos que no supusieran una barrera a las actividades marítimas ya establecidas, explican fuentes de la Consellería de Mobilidade.

Solo Vigo dispone de un servicio marítimo de pasajeros a lo largo del año. La línea con Cangas movió en 2019 casi un millón de pasajeros que la usaron, gran parte de ellos por motivos laborales. El enlace con Moaña atrae a unos 250.000 viajeros anuales. La Xunta no subvenciona, pero sí promueve descuentos al pasaje a través de la tarjeta de transporte metropolitano. En la zona hay dos empresas explotadoras y en las Rías Baixas otros servicios unen en verano la costa con las islas Cíes y la isla de Ons.

Un siglo en A Coruña y Ferrol

La familia Fernández Cabana lleva casi un siglo a bordo de las embarcaciones que unen la ciudad con Oleiros, o que, en la actualidad, solo se acercan a la costa vecina sin llegar a atracar. Cuatro generaciones desde 1928 se han puesto al timón de las lanchas. Francisco Fernández, de 77 años, navega hoy entre Ferrol y Mugardos, servicio turístico de verano, aunque por la misma ría también ha transportado trabajadores hasta los astilleros. Empezó con 16 años aprendiendo de su padre y su abuelo y ahora su hijo Paco dirige la embarcación de la Marina entre julio y septiembre.

La Chinita, La China, El Manolete, La Ferrolana, Alba… Así bautizaban aquellas naves de madera, material que pervive ahora en algunos elementos de las barcas reforzadas con hierro. Los coruñeses se subían cargados con toallas, bañadores, sombrillas y comida para pasar los sábados y domingos en la playa de Santa Cristina. En las décadas de los cincuenta y sesenta eran frecuentes las colas de pasajeros en O Parrote y más de una empresa cubría el servicio, que llegaba a otros arenales de Oleiros.

Transporte público alternativo a la carretera

Pese a que el transporte náutico de viajeros no cuaja en A Coruña ni suscita reclamación popular, BNG y Marea Atlántica insisten en que no se debe olvidar la alternativa marítima. Francisco Jorquera, portavoz municipal nacionalista, cree que “no hay que apelar solo a la demanda” ni dejar la iniciativa “en empresas privadas” y se dirige a las administraciones para que “impulsen un transporte público alternativo a la carretera y frente a la saturación de vehículos”. Admite Jorquera que el BNG carece de estudios sobre la viabilidad de las barcas de pasajeros en la ría, pero pone como ejemplo de “modernidad, comodidad y rapidez” el “flujo continuo” de circulación de lanchas en localidades como Lisboa o Amsterdam, espejo en el que cree que debe mirarse el golfo ártabro. “Estamos a favor de un mayor fomento del transporte marítimo coma una alternativa eficiente para favorecer la movilidad. De hecho, es una de las medidas que incluimos en las propuestas de uso en los muelles interiores de A Coruña, mucho más interesante que el fomento del tráfico de cruceros. Debería explorarse este camino, que requeriría de un buen diseño de líneas y horarios e infraestructuras aparcamientos disuasorios”, considera Marea. El PP, también consultado por este diario, apunta a la necesidad de avanzar proyectos viarios como la reforma de Alfonso Molina, la intermodal o el vial 18 antes que apostar por el tráfico por mar. En Oleiros, el Gobierno de Alternativa dos Veciños, siempre crítico con las administraciones por su falta de soluciones para paliar los problemas de tráfico en torno al puente de A Pasaxe, no ha llegado a promover alternativas náuticas de transporte. Y en A Coruña la única alusión a la movilidad marítima que ha hecho el PSOE fue el anuncio de la creación, mucho más allá de la comarca, de una línea de ferri entre la ciudad y localidades de Inglaterra e Irlanda.