I Puritani de Vincenzo Bellini inaugurará el sábado, a las 20.00 horas en el teatro Colón, la nueva Programación Lírica de Amigos de la Ópera. Es la segunda vez que la soprano Jessica Pratt, que interpreta el personaje de Elvira, visita A Coruña. Feliz por el buen tiempo y por volver a Galicia, pero también por subirse a un escenario en tiempos de pandemia.

Ha actuado en teatros de todo el mundo, ¿cómo es trabajar en el teatro Colón?

Es un teatro precioso, así que es muy bonito cantar aquí. La orquesta, que la recuerdo de mi última vez en A Coruña, el pasado octubre, es muy buena, entusiasta e implicada, así que es maravilloso actuar con ella.

¿Cómo es I Puritani?

La ópera es hermosa. Es una de mis favoritas. Es muy difícil, especialmente para tenor y soprano. Tenemos a Xabier Anduaga, que interpreta a Arturo y canta de una forma brillante, así que es muy emocionante.

Debutó como Elvira hace más de diez años, ¿cómo ha evolucionado para usted el personaje?

Sí, hace mucho tiempo ya y creo que hay muchas diferencias. Una tenor joven se encuentra muchas dificultades. Además, ahora entiendo mejor mi voz. A medida que envejecemos, la voz también se va desarrollando. Hay que tener paciencia. Si la tienes y esperas, todo resulta más fácil. Y desde mi punto de vista, es más fácil ahora que en mis comienzos, también por la experiencia y la cantidad de veces que la he interpretado en el escenario. Sobre el personaje de Elvira, creo que no ha cambiado mucho mi opinión. En otras óperas, como Lucia, sí que la experiencia de la vida me ha hecho cambiar la forma de cómo entiendo al personaje.

¿En qué nota el cambio en su voz?

Mi voz es más grande y más segura. Lo cierto es que cuanto más cantas, más aprendes. En ese sentido ha cambiado, pero sigue siendo mi voz, son cuestiones técnicas.

¿Cómo definiría a Elvira?

Elvira no está tan loca. De hecho, está comprensiblemente destruida por la situación porque ella vive en un castillo rodeada de hombres. Cree que tiene que casarse con alguien a quien no ama y luego le dicen que se puede casar con quien realmente ama, que es de una familia opuesta y de un partido político contrario. Pero antes de la boda, cree que su prometido se escapa con otra que lleva escondida en su velo. ¿Quién no se volvería loca con esto? Entra en una profunda depresión.

El estreno de I Puritani fue en 1835, ambientada en el siglo XVII. ¿Encuentra en la obra detalles actuales?

Por supuesto. Es amor. Todos en la ópera tienen una relación. Incluso Riccardo está enamorado de Elvira, pero ella no lo ama a él. Esto nos ha pasado a muchos de nosotros en muchas ocasiones. Hay un giro de los acontecimientos muy heroico. Al principio, él cree que puede conquistar a Elvira, pero cuando ve lo triste que está, decide que va a buscar a Arturo y resolver el problema. Ahí se ve su verdadero amor por ella. En cambio, Arturo antepone sus intereses políticos al amor por Elvira. Seguramente está enamorado, pero yo creo que Riccardo lo está más.

¿Cuál es su parte favorita de la ópera?

Creo que es A te o cara. Me ha coincidido cantar otras óperas en tiempos difíciles para mí y cuando vuelvo a interpretarlas me vienen aquellos recuerdos. Pero I Puritani siempre la he hecho en buenos momentos y me he encontrado muy buenos amigos. Ha sido muy especial para mí. Así que cuando canto A te o cara, me vienen recuerdos muy emotivos.

¿Y su ópera favorita?

Es una pregunta difícil. En este momento, estoy entre I Racconti de Hoffmann, porque es un nuevo mundo musical y lo encuentro emocionante, y Ariadne auf Naxos, es algo nuevo que me estimula ahora mismo.

Cuando consigue el papel de un personaje, ¿cómo lo prepara?

Primero, cuando estoy estudiando el papel, intento no escuchar a otras cantantes. Luego sí que las escucho para coger algunas ideas. Cuando lo tengo aprendido, trabajo en el personaje. Lo estudio y también leo cosas sobre él, no solo el texto de la ópera en la que está basado, sino más cosas para conocer el contexto, el ambiente y la situación política, porque así puedo entender las decisiones que toma el personaje. En algunas óperas, para una sociedad moderna, muchas de esas decisiones no tienen sentido, pero en otro tiempo fueron muy importantes.

¿Cómo es volver al teatro en tiempos de pandemia?

Es difícil. El trabajo ya no es estable. De un día a otro, mi verdadero trabajo se convierte en un no trabajo. Es difícil de aceptar. Por ejemplo, si un fontanero tiene un contrato y se cancela por coronavirus, se le indemniza. A nosotros no. Nos echan y ya está. Los contratos se cancelan y no se respetan. Y no solo es una cuestión financiera. También hay cancelaciones si alguien en el grupo se contagia. Es añadir estrés al trabajo, aunque es bueno estar de vuelta en los teatros. Estuve en Sidney hace dos meses para actuar y se canceló por el COVID-19, pero para mí mereció la pena, porque fue bonito volver, aunque no hubiese el espectáculo. Me reencontré con mis amigos y pudimos hacer música en directo. A mí no me gusta hacer música online. No es lo mismo. Me hace sentirme más frustrada.

Le recuerda a cómo era antes de la pandemia...

Sí. Al principio de la pandemia, estaba en Italia con mi marido y no salí de casa en cinco meses por el confinamiento. Para mí estuvo bien, pero no pude cantar. Cada vez que lo intentaba, me ponía a llorar. Cinco meses después, empecé a cantar, pero solo comedia. Fue duro. Pensaba en la gente que ya no está aquí. En Italia, muchos cantantes de ópera son mayores, y hubo gente que no lo superó. Fue difícil lidiar con eso. Es demasiado emocionante.

¿El sector necesita más apoyos para sobrevivir?

Sí. La música debería ser tratada como cualquier otra industria. No es un hobby, es un trabajo. Si cierras un teatro, cierras el trabajo de más de 200 personas. No son solo los cantantes de ópera, son los miembros de la orquesta, la gente que está detrás del escenario, los de maquillaje y peluquería, los que hacen el vestuario, los que sirven el café, los que están en las oficinas y los que limpian el teatro. Es como cerrar una pequeña fábrica y lo hacen sin pensarlo. Y ya no hablo solo de mí. Yo estoy bien. Pero hay gente que no tiene nada para el futuro. Y puedes decir “vale pues trabajo en un restaurante durante seis meses”, pero también están cerrados.