Juan Manuel Montilla (Madrid, 1979), más conocido como El Langui, empezó a hacerse conocido hace dos décadas como parte del grupo de rap La Excepción. Desde entonces ha trabajado también como actor de cine y televisión, publicado música en solitario y escrito varios libros, llevándose dos Goyas por interpretación y por composición musical. Con diversidad funcional él mismo, actuará hoy a las 18.00 horas en el Ágora como parte del festival DiversidArte, organizado por la plataforma del mismo nombre y la asociación Poten100mos. El ciclo organiza más actuaciones, entre la de la coral El Eco y el proyecto Orquestas Inclusivas el próximo sábado. Las entradas son gratuitas y se pueden conseguir en diversidartefestival.gal o en el teléfono 625 126 235.

¿Cómo valora participar en este festival por la inclusión?

Estamos encantados de apoyar y llevar la palabra diversidad en todos los sentidos al público general.

La suya va a ser una conferencia-espectáculo, con palabra y música.

Lo que hacemos en este tipo de encuentros es, primero, poner al público en situación de mi situación personal desde muy pequeño. Cómo ciertos valores que a mí me han sido inculcados y me han hecho trabajar desde pequeño no solamente me han valido para superarme, sino también para el ámbito laboral.

¿Qué valores son?

El esfuerzo, la superación, la perseverancia, el compañerismo, trabajar mucho la empatía... Haré un recorrido por 16 valores que han sido muy importantes, que me han ayudado a ser quién soy y sobre todo a poder ser independiente. También interactúo mucho con el público, preguntándole por situaciones por las que han pasado. Invito a la gente a que ellos también sean los protagonistas y tengan oportunidad para preguntar o exponer ellos, para que haya un feedback. Acabamos con un repaso de algunas de las canciones que han marcado momentos de mi carrera. Como A tientas, con la que obtuve el Goya a la mejor canción original o las que se emplearon para Doce meses, doce causas o para las Paralimpiadas.

Empezó con la música en la adolescencia. ¿Qué quería entonces?

Lo que primero quería conseguir era divertirme y, sobre todo, sentirme útil. La música me hacía sentir uno más. Creo que para las personas es súper importante sentirse valorado. La música me aportó todo eso; con un boli y con un papel podía escribir canciones en un cuaderno, me ponía los freestyle y rapeaba como el que más. Estaba siendo parte de un círculo, de un grupo de gente para la que era uno más.

Esto se convirtió en un oficio y forma de ganarse la vida. ¿Cómo fue el cambio?

Siempre tuve el sueño. El rap llegó a mí con catorce años; tengo 41. Al principio era la música, sentirme uno más, hacer canciones, sacar lo que tenía adentro, toda mi impotencia, toda mi coraje, la rabia, lo que había pasado desde niño. Todo eso lo estaba sacando en forma de versos, plasmaba mis experiencias en el cuaderno. Y cuando tuve ese encuentro con el boli, el papel y la rima, con soltar los versos en el parque, que los demás chicos los escucharan, lo tuve claro, desde un primer momento. Sabía lo que quería, quería que el día de mañana esto se convirtiera en mi trabajo. Quería cumplir mi sueño, que era grabar discos y hacer conciertos. Lo tenía muy claro. Me decían : “Qué loco estás”. Pero no sé por qué, con 15, 16, 17 añitos tenía súper claro que lo iba a conseguir, que llegaría a grabar y hacer giras. Luego fue trabajo: constancia, constancia, constancia, creértelo tú mismo. Y luego claro, cuando se me presenta la ocasión, no desaprovecharla. Y sobre todo aprender mucho. Tener todos los sentidos bien puestos y profesionalizarme.

Volviendo a la cuestión de la inclusión y diversidad funcional, ¿cree que se ha avanzado socialmente desde su infancia y niñez?

Sí, claro que se ha avanzado, se ha avanzado notablemente. Es verdad que a veces nos gustaría que avanzara mucho más todo. A veces es un quiero y no puedo, desde las instituciones, los particulares, etcétera. Se llenan la boca con una sociedad inclusiva, trabajos inclusivos, empresas inclusivas, “desde las instituciones estamos trabajando para que todas las personas puedan tener acceso...” Claro que se han conseguido cosas, pero muchas veces te topas conque empiezan la casa por el tejado, y no ponen el 100% para que todas las personas tengamos acceso. No solamente en barreras arquitectónicas, sino en general: en los trabajos, en dar más visibilidad, etcétera. Se puede ver en las Paralimpiadas. De repente tenemos a un país como España con un montón de atletas participando, consiguiendo las medallas que estamos consiguiendo, con deportistas que llevan trabajando un montón de tiempo, llevando España como bandera y representando... Consiguen medallas y los telediarios abren las noticias de deportes con Mbappé, Messi, fútbol, y la última noticia es “nuestros olímpicos en las Paralimpiadas han conseguido medallas de oro en tal, tal y tal”. ¿Perdona? Es un claro ejemplo. Estamos en las putas Olimpiadas de Tokio, tenemos atletas representando a España, dejándose la piel, consiguiendo un oro olímpico, a un puto atleta, tenga brazos o no tenga brazos, consiguiendo un doble récord. ¿Y me estás abriendo con si Mbappé al final ficha por el Madrid? Al final te cabrea. A veces estamos intentando conseguir tantas cosas, que ves estos gestos de los medios de comunicación, los que verdaderamente tienen presencia, el poder de dar visibilidad... Y no se hace. Bueno, poco a poco (ríe).

¿Y a nivel de calle, en cuanto a la percepción de la gente? ¿Se ha eliminado el estigma de antes?

Poco a poco sí. La gente va siendo más empática. Pero es gracias a personas que van consiguiendo un montón de cosas, que tienen algún tipo de capacidad diferente y que van demostrando que se pueden conseguir un montón de cosas. Que no veas a una muchacha o un muchacho por la calle con algún tipo de dificultad y no dices: “Pobrecito”, sino: “Hostia, qué cabronazo, qué pedazo de disco que ha sacado, mira la película que ha hecho”. O que es un abogado y ha hecho tal cosa, o: “Mírale llevando su negocio,” o : “Cómo tira para adelante”. Son las propias personas con capacidades diferentes las que están haciendo ver al que tienen enfrente da igual que tengas discapacidad o no, todos tenemos algún tipo de limitaciones y lo que hay que hacer es convivir con ellas. Y se muy empático. Pero la sociedad poco a poco nos va considerando.

¿Ese ha sido un poco su papel en su carrera, ayudar a visibilizar y normalizar?

Sí claro, de eso se trata. Ser un referente, y cuando la gente ve a personas que consiguen cosas y están muy presentes en los medios... Aunque ves que anda como yo, no tiene el físico que yo... Dices, ostras. Yo he ayudado porque en 20’ años que llevo de profesión he hecho un montón de cosas que son muy mediáticas, dentro del cine, la música, y por los premios. He ido ayudando yo, pero al igual que yo Pablo Pineda, con síndrome de Down y profesor y actor; cada atleta de las Paralimpiadas consiguiendo sus medallas...