Las obras del cruce de Sol y Mar están dando quebraderos de cabeza a más de uno. Si ya es una prueba para los nervios conducir en hora punta y complicado combatir el estrés de los atascos, ¿qué grado de ansiedad causa un accidente? Se le puede preguntar a un conductor que el otro día tuvo un encontronazo contra las vallas del polémico cruce. Su reacción, a la espera de que alguien fuese a ayudarle, fue sacar una silla de la playa que tenía dentro del automóvil, sentarse y ponerse a fumar. Quizás para tomárselo con filosofía, quizás por el confuso nombre del lugar, que puede llevar a engaño e invitar a ponerse al sol como un lagarto a la orilla de la ría.