Mucha agua, muchísima, cayó de golpe ayer por la tarde en A Coruña y su área metropolitana. La tromba llegó de repente, sin avisar, y a muchos les pilló consumiendo en las terrazas y de manga corta, porque las temperaturas volvieron a ser muy elevadas. En locales hosteleros de O Temple, por ejemplo, los chaparrones obligaron a tener que evacuar el agua acumulada en los toldos para evitar que las estructuras cediesen por el peso. Mientras los dueños de los locales se empleaban a fondo y deprisa para vaciar el agua acumulada, algunos clientes resistían apurando su cervecita, una de las últimas del verano. Terraceo subacuático en O Temple en pleno mes de septiembre.