El ocio nocturno está empezando a dar pasos en su desescalada. Aunque las discotecas y pubs cierran a las tres de la madrugada, ya se empiezan a ver colas en las puertas y movimientos de escándalo en las pistas de baile. Parece que la normalidad ha vuelto. O casi, porque todavía quedan las mascarillas. También la ciudad se ha llenado de nuevo de universitarios y estudiantes Erasmus. En la antigua normalidad, los pubs solían organizar noches dedicadas a estos estudiantes extranjeros. Ahora, los locales hacen entradas escalonadas, dependiendo del día, y dan prioridad a los que tengan el carnet Erasmus. Después, el resto.