El Ginkgo biloba, un árbol único en el mundo, el más antiguo según los científicos, y que además sobrevivió a la bomba de Hiroshima. Detalles curiosos de un ejemplar originario de Japón, Corea y el este de China, aunque no hay que coger un avión durante horas para disfrutar de su apariencia, de sus hojas, de su cambio de color de una estación a otra. A Coruña tiene varios y uno muy especial está en una plaza sin nombre entre Antonio Ríos y la calle Cerca.

El ‘Ginkgo biloba’ de Os Castros en otoño.  | // @NPEREZBARRIO

El ‘Ginkgo biloba’ de Os Castros en otoño. | // @NPEREZBARRIO A. Carro

El ‘Ginkgo biloba’ de Os Castros en invierno.  | // @NPEREZBARRIO

El ‘Ginkgo biloba’ de Os Castros en invierno. | // @NPEREZBARRIO A. Carro

Solitario, pero con encanto. Puede pasar desapercibido, pero no para Natalia Pérez, que empezó a fotografiarlo el pasado octubre haciendo su particular diario en Twitter. “Vivo por la zona y soy de esas personas que se fija en cosas extrañas cuando voy por la calle. Empecé a hacerle fotos el año pasado porque no había mucho que hacer y me parecía interesante”, explica.

El ‘Ginkgo biloba’ de Os Castros en primavera.  | // @NPEREZBARRIO

El ‘Ginkgo biloba’ de Os Castros en primavera. | // @NPEREZBARRIO A. Carro

Cuando pasa por delante, ya sea para ir al zapatero o al supermercado, roba unos segundos de su reloj para pararse delante del árbol, sacar el móvil e inmortalizarlo. Lo que no sabía cuando se fijo en él es que se trata de un ejemplar muy interesante. “Yo no sé mucho de árboles, pero un día me fije en un cartel que tenía, porque tenía aspecto como de enfermo. Decía que era un Ginkgo biloba, que había sobrevivido a las bombas de Hiroshima y que si no lo cuidábamos, moriría aquí por la contaminación”, recuerda.

El ‘Ginkgo biloba’ de Os Castros en verano.  | // @NPEREZBARRIO

El ‘Ginkgo biloba’ de Os Castros en verano. | // @NPEREZBARRIO A. Carro

Eso hizo también que su interés creciese. Así empezó a coleccionar imágenes de un árbol que pasa de verde a naranja y que en invierno se desnuda. “Es muy bonito ver cómo cambia de color”, expone Natalia Pérez, que cree que finalizará esta serie el próximo mes. “Así le habré hecho fotos durante un año”, resume.

365 días que le sirvieron para darse cuenta de que “por esta zona pasa muy poca gente”, de ahí que casi nadie sepa que este ejemplar se encuentra en Os Castros, ya en la frontera con O Castrillón. “Habían hablado de poner una rotonda, pero no sé qué paso. Es una zona medio muerta, porque no hay mucho comercio ni movimiento”, detalla, aunque añade que “a veces hay coches o gente parando para descansar” y entonces prefiere no sacar el móvil, ya volverá a ver al Ginkgo al día siguiente.

Las fotografías están publicadas en el Twitter de Natalia Pérez, que ha querido hacer una conexión entre el árbol y Antonio Ríos, nombre que recibe la calle próxima a esta zona. “Este hombre fue el que donó muchos de los relojes que hay por los salones y pasillos del Ayuntamiento, así que voy a ver cómo pasa el tiempo por el Ginkgo”. Esta fue su carta de presentación en la red social que utiliza como diario. ¿Cuál será el próximo capítulo?