El Plan Especial de la Torre de Hércules, destinado a garantizar la preservación del entorno del monumento tras su inclusión en el patrimonio de la humanidad, aún no comenzó a ser elaborado por el Concello a pesar de que es una exigencia del Plan General de Ordenación Municipal, que entró en vigor hace ahora ocho años. En octubre de 2020 el Gobierno local informó a este periódico que estaba “ultimando la redacción de los pliegos para sacar a licitación su redacción”, aunque ahora admite que la tramitación de esta iniciativa se encuentra sigue en estado inicial.

El objetivo de esa normativa es impedir la construcción de edificios en la zona de protección de la Torre, en especial en el Agra de San Amaro, terrenos donde los propietarios pleitean con el Concello desde hace años al habérseles impedido edificar. El plan general detalla que el plan especial de la Torre establecerá “las condiciones de los usos y edificaciones previstos en el ámbito” y que para ello “tendrá especialmente en cuenta las determinaciones sobre perspectivas visuales sobre el paisaje monumental y natural”.

También menciona que el diseño de los espacios libres y zonas verdes “permitirá la armonización e interrelación con la Torre de Hércules y el entorno colindante” y que se podría proponer la creación de un “gran espacio verde con recorridos peatonales y arbolado de especies autóctonas” en la zona próxima al paseo marítimo. El documento urbanístico permite ampliar la edificabilidad en el lugar en 15.000 metros cuadrados para crear un centro de recepción de visitantes bajo la rasante del terreno y plantea el traslado del aparcamiento a un lugar más alejado para que cause un menor impacto visual.

A la espera de este plan especial, la zona comprendida entre la Ciudad Deportiva Arsenio Iglesias y el barrio de Durmideiras permanece sin una ordenación específica y con construcciones en estado ruinoso. El grupo municipal del BNG presentó una serie de preguntas escritas sobre estas ruinas a la que el Gobierno local contestó que conoce el estado de esas construcciones y que “el Servicio de Urbanismo está trabajando en el desarrollo de un Plan Especial de Protección y Reforma Interior del ámbito de la Torre de Hércules”.

La construcción del paseo marítimo entre el dique de abrigo y la playa del Matadero fue el motivo por el que el Concello presidido por Francisco Vázquez suscribió en 1993 un convenio con los propietarios de los terrenos afectados, a los que permutó sus fincas, que sumaban 46.200 metros cuadrados, por otras de la misma superficie en el Agra de San Amaro y a las que además se cambiaría su calificación para convertirlas en suelo urbano y una edificabilidad de 1,5 metros cuadrados por cada metro cuadrado de superficie, lo que permitía levantar seis bloques con siete alturas.

Ese acuerdo quedó reflejado en el plan general de 1998, pero el tiempo transcurrió sin que se pusieran en marcha iniciativas inmobiliarias en ese lugar. En 2008 se aprobó el proyecto de compensación presentado por los propietarios, que ese mismo año solicitaron licencias para edificar. Pero la Unesco declaró en junio de 2009 a la Torre como patrimonio de la humanidad, pese a lo cual el Gobierno local mantuvo en la elaboración del nuevo plan general la posibilidad de construir en el Agra de San Amaro.

Pero el informe emitido por la Xunta consideró que forma parte del área de protección de la Torre de Hércules, por lo que descartó que pueda edificarse y el polígono previsto fue excluido del documento urbanístico que se aprobó en 2013. Dos años antes, el Concello ya había rechazado conceder las licencias a los dueños de las parcelas, quienes recurrieron a los tribunales, aunque las sentencias se pronunciaron en su contra.

Fue entonces cuando solicitaron indemnizaciones por los perjuicios sufridos y, aunque se rechazaron las compensaciones millonarias reclamadas, se aceptó compensar a varios promotores con el pago de intereses sobre la valoración de la edificabilidad reconocida.

Una polígono residencial sin alternativa

La anulación de la urbanización proyectada en el Agra de San Amaro y las reclamaciones formuladas por los promotores llevaron al Gobierno local del Partido Popular a proponer en 2012 el traslado de la edificabilidad de ese lugar a la cantera de Durmideiras, de donde se extrajeron las rocas con las que se construyó el dique de abrigo. La iniciativa planteaba construir las viviendas en un bloque que recorrería el borde de la cantera pero que no superaría su altura con el fin de preservar las vistas a la Torre. La parte superior de esa edificación estaría ocupada por un centro de recepción de visitantes dotado de cafeterías y tiendas de merchandising. En las proximidades de la Torre se trasladaría el aparcamiento y se derribaría el frontón de la Ciudad Deportiva para mejorar la contemplación del faro. Pero la propuesta suscitó un contundente rechazo vecinal y el Ejecutivo presidido por Carlos Negreira acabó por descartar su ejecución el último día de la campaña electoral, aunque el plan general sigue autorizando la edificación en la cantera. Tras la llegada de Marea Atlántica al Gobierno local, este grupo anunció que había iniciado los trámites para modificar la normativa urbanística con el fin de impedir la construcción en ese punto, aunque su mandato concluyó sin llevar a cabo esa tarea y el Ejecutivo socialista tampoco la ha realizado. El traslado de la edificabilidad del Agra de San Amaro a otro lugar de la ciudad continúa además sin resolver, a la espera de que se halle una alternativa.