La petición unánime que los colectivos vecinales y de comerciantes trasladaron este jueves al Concello y a la Policía Local en la reunión celebrada en el centro cívico de Os Mallos por la creciente inseguridad que denuncian los vecinos de este barrio apunta a una mayor presencia de agentes en las calles. Ver más policías a pie, en moto o en coche transmite una sensación de tranquilidad y seguridad a los ciudadanos, pero disponer de efectivos suficientes como para controlar una zona de gran densidad de población en la que se alerta de repuntes de ocupación ilegal, trapicheo de drogas y otros delitos, como se denuncia en Os Mallos, no es tan fácil como los vecinos creen y desean. La escasez de personal en el cuerpo del 092 impide una reorganización adecuada como para reforzar la seguridad en una zona sin alterar el resto de funciones policiales.

Los vecinos fueron informados de esta situación por el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Ignacio Borrego, y mandos de la Policía Local, quienes plantearon medidas encaminadas a una mejor intercomunicación entre agentes y vecinos para diseñar diagnósticos y mapas sobre los problemas de seguridad en cada barrio, pasos con los que tratar de relajar la tensión de las últimas semanas. Aumentar las dotaciones de personal por los problemas concentrados en una zona es más complicado, aseguran policías consultados por este periódico.

El problema de partida es que la plantilla del 092 en A Coruña, de unos 350 agentes, tiene un déficit “de 50 ó 60”, y “sin que se computen las jubilaciones para las ofertas de empleo público”, señala el delegado sindical de CSIF y presidente de la Asociación Profesional de Policía Local, Manuel Freire. “No hay de dónde sacar agentes y en los turnos de tarde y noche hay menos que en los de mañana. Si los quitamos de una zona y hay problemas de cualquier tipo en otro barrio, ¿cómo los atendemos?”, se pregunta.

Freire, natural de Os Mallos, con 30 años de experiencia y conocedor de la subida de la delincuencia en el barrio, coincide con Borrego en resaltar que “la ciudad ha cambiado” en los últimos años, con zonas y población nuevas cuyas circunstancias sociales y culturales conllevan a veces problemas de adaptación. Matiza que, pese al aumento de denuncias vecinales, no es posible garantizar dispositivos continuados de policías en determinadas zonas para establecer vigilancias.

“Patrullar no es ir calle por calle. Tenemos una unidad que recorre zonas 30 que pasa por varios barrios en sus rondas. Con los medios que tenemos y las funciones que realizan otros compañeros en otras unidades que funcionan muy bien, es difícil que se proporcione un apoyo rápido si se produce algo y se está en otra parte de la ciudad”, explica el representante sindical.

Freire señala también que el apoyo de la Policía Nacional para tratar de atajar el incremento delictivo es necesario, aunque asegura que este cuerpo también sufre carencia de efectivos. Borrego y los mandos policiales explicaron a los vecinos las competencias de unos y otros agentes.

El grupo municipal del PP criticó ayer el encuentro de Borrego con los vecinos, y la portavoz, Rosa Gallego, pidió a la alcaldesa, Inés Rey, que “deje de huir” y “dé la cara ante los vecinos” que trasladan sus problemas de seguridad. “Después de más de dos años y medio de gobierno, el Ejecutivo reúne a representantes de los vecinos para pedirles que les digan dónde hay problemas para ver si hacen un plan de seguridad que ya tendría que estar hecho”, denuncia Gallego.