María Rivas tomó posesión del cargo de subdelegada del Gobierno en junio pasado. A los pocos días tuvo que gestionar el impacto causado por el brutal crimen de Samuel Luiz y la semana pasada, el de la primera víctima de violencia machista en Galicia, en el barrio de O Birloque. Más allá de la preocupación actual por la seguridad en la ciudad, repasa la agenda del Estado con A Coruña y su entorno.

Concentraciones vecinales en Os Mallos por aumento de delincuencia. Más de mil personas. ¿Cómo de preocupante es la inseguridad que denuncian los vecinos?

Me pongo en su piel. Si ellos sienten inseguridad, respetamos lo que sienten, intentamos entender el problema y trabajaremos como hasta ahora para garantizar su seguridad. Desde la Subdelegación estamos haciendo un esfuerzo muy importante para reforzar los dispositivos policiales en colaboración con la Policía Local y el Ayuntamiento. Pero lo hacemos con el convencimiento de que los datos rigurosos del Ministerio del Interior avalan que A Coruña es una ciudad segura. Debo transmitir a los vecinos de Os Mallos un mensaje de tranquilidad: estamos para garantizar su seguridad.

El PP pide en la oposición que haya policía de barrio, el PSOE en el Gobierno local habla de la posibilidad de implantar la policía comunitaria. ¿Es cuestión de efectivos policiales, que los sindicatos dicen que son insuficientes?

La seguridad ciudadana debe abordarse desde una perspectiva integral. Por un lado, está el trabajo policial para prevenir y actuar, pero no se pueden olvidar las políticas de vivienda o las políticas sociales para poder minimizar esa situación que se da en Os Mallos. Estamos trabajando con el Concello en ese sentido y la alcaldesa sabe que tiene el apoyo del Gobierno español.

Resaltan que la ciudad es segura, pero esos datos rigurosos reflejan que su tasa delictiva superó la media española en el primer semestre, y tenemos muy recientes en la memoria las muertes de Samuel y la panadera de O Birloque.

Los datos, aunque son fríos, nos lo indican, aunque no tienen en cuenta otros aspectos, lo que supone que haya diferencias en la interpretación. Las cifras nos dicen que hace dos años hubo dos homicidios, de los que ahora no hablamos. Los datos son cifras y hay que contextualizarlas. Al comparar 2019 y 2021, y me olvido del año atípico de 2020 por la pandemia, las cifras nos dicen que estamos en parámetros similares, aunque en algunas categorías sí estamos por encima, como la ciberdelincuencia por las operaciones a través de internet. La realidad es que, comparando con el contexto nacional, la ciudad y la provincia de A Coruña son seguras.

¿Hasta dónde llega el compromiso contra la violencia machista?

Es una prioridad que no tiene límites, desde el primer momento. Esa lucha es un eje desde que tomé posesión. Esta sociedad no se puede permitir más muertes. Este gobierno firmó un real decreto contra la violencia de género que devolvía competencias a los ayuntamientos, y presupuestariamente apostó de forma increíble: pasó de 25 millones en 2016 a 200 millones cuando Pedro Sánchez se convirtió en presidente. Con los concellos estamos trabajando en dos aspectos: la adhesión de 15 ayuntamientos al sistema de VioGén para hacer un seguimiento integral de casos; y con mesas de colaboración institucional en violencia de género, en las que se analiza la realidad de la violencia machista en cada concello desde el punto de vista policial, educativo, sanitario, judicial... Visualizamos todo en su conjunto.

Habla de colaboración institucional. ¿Hay buen diálogo con los ayuntamientos de la comarca?

Estamos en permanente diálogo. Creemos que los fondos europeos son una oportunidad sin precedentes que nos obliga a estar en conversación constante. Trasladamos información a los concellos, asesoramos y facilitamos la labor para hacer buen uso de los fondos.

¿Con la Xunta cómo es el entendimiento?

En general, hay una permanente actitud de diálogo. Es obligado, la ciudadanía no entendería otra cosa, más cuando hemos pasado por una pandemia que nos ha obligado a atender distintos frentes. En todos los asuntos importantes mantenemos diálogo y colaboración.

La ría de O Burgo es uno de ellos. ¿Quién va a resolver las ayudas a los mariscadores durante el dragado, la Xunta o el Estado?

El Estado ha hecho la parte más importante, poner sobre la mesa la financiación al cien por ciento, 32,2 millones. El compromiso de la Xunta aún no se ha demostrado. Tiene competencias en materia de marisqueo y la conselleira de Mar comprometió el apoyo a la obra y se le está pidiendo que haga efectivo ese compromiso. Es momento de que se lo explique a los mariscadores. Convencida de que Xunta responderá, así lo verbalizaron en las reuniones. El Estado entiende que es la Xunta la que tiene que hacerse cargo de las compensaciones.

¿Comenzará la obra en 2020?

La previsión es que sí. Hay una reclamación que está a punto de resolverse. La idea es que empiecen cuanto antes, antes de fin de año.

¿Está claro qué quiere hacer el Estado con el pazo de Meirás?

Meirás es ejemplo de cómo funciona la colaboración institucional, evidentemente con tiras y aflojas. Ha habido reuniones en la delegación del Gobierno para que cada parte aporte su visión a la gestión. Sada se brindó a las visitas exteriores y trabajamos conjuntamente.

El Estado es acreedor del Puerto por las obras de punta Langosteira. ¿Cómo interpreta el continuo llamamiento de la oposición para la condonación de la deuda?

Se trasladó a Madrid la importancia del Puerto y la transformación de los muelles. Es el mejor ejemplo para visualizar el compromiso del Gobierno con A Coruña: 170 millones que garantizan el acceso ferroviario. Puertos del Estado también ha entendido la situación y ha permitido suavizar la amortización de la deuda para afrontarse con desahogo. Estamos en un proceso interesante impulsado por el Concello para redefinir el convenio y los técnicos se dejan la piel para encontrar espacios comunes. No va a tardar mucho la firma del convenio.

Otra obra pendiente, la estación del tren en la intermodal. Su licitación la anunciaron en 2019 y todavía hay que esperar al menos al 31 de diciembre. ¿Para cuándo?

El compromiso con la intermodal está muy claro desde el momento en que se firmó el convenio y el Estado reservó 50 millones de euros. Está mucho más cerca de ser una realidad. Me consta que se trabaja de manera intensa por parte de la Xunta, el Concello y el Estado. Será lo más pronto posible.

“La obra de Pedralonga la completarán las fases siguientes. Ahora sí, la humanización de Alfonso Molina es imparable”

Esta semana empezaron los trabajos en Pedralonga para la construcción de la pasarela, primera fase de la reforma de Alfonso Molina. No fue sin tiempo: se aprobó hace tres años, los vecinos la demandaban desde hace décadas y la obra en Lavedra la anunció el Estado hace más de diez años.

El Gobierno está muy comprometido con Galicia y está dándole la vuelta a la agenda de las infraestructuras en la provincia. El ejemplo es Pedralonga y lo será Alfonso Molina. Ha tenido que ser este gobierno el que ha hecho cristalizar este proyecto. Arrancan los trabajos y las dos siguientes fases completarán la humanización de Alfonso Molina, que irá con cargo a fondos europeos.

¿Se ha tenido que esperar a que haya fondos ahora para una actuación que se anunció hace varios años?

Yo hablaría más de aprovechar la oportunidad de los fondos para apuntalar estos proyectos, no de recrearnos en lo que pasó antes. Ahora sí, la humanización de la avenida Alfonso Molina es imparable. Los vecinos no lo creían hasta esta semana. Ya hemos empezado, hay comprometida la financiación para las siguientes fases.

¿La reforma de Alfonso Molina por un extremo y la obra en el cruce de Sol y Mar por otro, a la que le quedan aún dos años, condicionan la ampliación del puente de A Pasaxe, otro proyecto anunciado hace años sin apenas avances?

Tienen incidencia, sobre todo la de Sol y Mar por el tráfico que tiene esa vía. Aunque empezamos a hacer pruebas geotérmicas en el puente y se trabaja en la preparación del proyecto, la ampliación no se podrá abordar hasta que termine Sol y Mar. Los trabajos en Alfonso Molina habrá que acompasarlos con los de A Pasaxe para hacerlos compatibles, pero no impedirán que se desarrolle.