“Lo que hay en tierra lo podemos encontrar también en el mar”, dice Luis Cousillas, que forma parte de la organización del festival Mar de Mares. Sabe que esa frase puede resultar llamativa, pero cuando dice “todo”, es “todo”, desde un “inodoro” a un “calzoncillo” o una “rueda de camión” y lo dice porque lo sabe, porque ayer participó como voluntario en la segunda edición de la gran limpieza del fondo marino, que se celebró en la ciudad, con más de un centenar de buceadores y con una treintena de voluntarios en tierra que se afanaron en limpiar las piedras de la zona de la dársena de La Marina. “Estamos contentos porque ayudamos a que el mar esté un poco más limpio. El material que estamos sacando del mar es fruto de la acción humana, ya sea porque lo tiraron deliberadamente o accidentalmente; y estamos haciendo visible lo invisible”, relataba Cousillas ante aproximadamente dos toneladas de residuos arrancados del fondo del mar y de las rocas.

Para los buceadores no es ninguna novedad encontrarse plásticos de grandes dimensiones o artes de pesca en sus incursiones, pero sí que lo es para los que nunca se han sumergido a tanta profundidad como para ver el fondo marino. El festival Mar de Mares pretende, con esta iniciativa, concienciar a los terrícolas, que diría Xurxo Souto, de que todo lo que hacen en la superficie tiene consecuencias en el mar y también en su alimentación, ya que, según relata Laura Rodríguez, la directora de MSC para España y Portugal, ya es normal encontrar microplásticos en las vísceras de los peces.

Isabel Rivadulla, directora de comunicación de Signus, que participó también como voluntaria en la limpieza del fondo marino, hace hincapié en que no solo sorprenden los grandes neumáticos que están bajo el mar -algunos de ellos defensas que perdieron los barcos, pero otros, ruedas de camiones que no tenían ningún tipo de función, por lo que sospechan que fueron arrojados al agua a propósito- sino también objetos más pequeños, como botellas tanto de plástico como cristal y hasta carteras y un carné de biblioteca. “A veces pensamos que el mar lo absorbe todo y se lo come todo y desaparace por arte de magia, pero no es verdad. El mar está lleno de plástico y es muy fácil verlo con acciones como esta”, relata Rivadulla, que considera que “todo suma” y que, aunque retirar dos toneladas de residuos de una zona determinada del mar suponga muy poco en comparación con el total, sí que vale para concienciar a la gente de que “por poco que haga cada uno”, ya está ayudando a que no aumente el problema. A pesar de que se podría pensar que este año las mascarillas y los guantes podrían ser los protagonistas de la basura que encontrada en el mar, los buceadores indican que no, que no lo han sido, aunque no tanto porque su reciclaje sea el adecuado sino, seguramente, por las corrientes, que hacen que se vayan a otros lugares, ya que es común ver este material, por ejemplo, en las playas de la ciudad o en la escollera de los muelles.