“Cuando abrimos las puertas, a las 16.30 horas, media hora antes del inicio de las actuaciones, ya había unas cien personas esperando”, aseguró Pablo Franco en representación de Asevega (Asociación de Empresarios da Verbena Galega) como muestra de la “buena acogida” que tuvo la iniciativa de la patronal de las orquestas, financiada por la Agadic, de la Xunta, de convertir el muelle de Batería en una verbena toda la tarde del domingo. Y una nutrida cola aguardó buena parte de la tarde para intentar ser parte de los 1.000 asistentes permitidos. “Teníamos muchas ganas, no íbamos a una verbena desde antes de la pandemia”, aseguró Marina Rodríguez, que acudió desde Zas para la ocasión junto a Andrés Crespo, quien lamentó la falta del “bochinche típico”.

Cola para entrar en el recinto de las actuaciones. | // VÍCTOR ECHAVE

“Esto es ocio sano”, aseguró Begoña Brea, quien bailaba junto a unos amigos, entre parejas y pandillas de todas las edades, incluidos varios niños, algunos de carrito. El público se repartía en dos parcelas entre los dos escenarios, con un máximo de 500 asistentes cada división. Brea sugería que podrían distribuir las actuaciones de ayer en varios domingos y afirmó que echaba ya en falta la verbena desde su última cita con las orquestas, en la actuación piloto de junio en Arteixo.

Actuación del grupo Eureka y público, ayer, en el muelle de Batería. | // VÍCTOR ECHAVE

A pocos metros, bailaba y corría divertido Iago, de dos años, en la primera verbena de su vida. Sus padres, Lorena García y Marcos Naveira, no habían pisado una en tres años. “Teníamos ganas, sobre todo por el niño, que nunca había venido a una”, contó su madre mientras el pequeño danzaba al ritmo del grupo Eureka. Capiteaneados por Fany Sánchez, vocalista de Teo afincada desde hace once años en Monte Alto, el cuarteto vocal con DJ hizo corear al público en varios temas, como el Clavado en un bar, de Maná, que terminó fusionada con Un beso y una flor, de Nino Bravo. Antes había sonado Deluxxe y a continuación tocó Essencia. Completaron la tarde Cinema, Stereo, Dilema y Charleston.

Asistentes, al inicio de la actuación de Essencia. | // VÍCTOR ECHAVE

El mono de orquesta atrajo al muelle incluso a quienes habían dejado el gremio meses antes de la pandemia. Jesús Ángel Sánchez, excantante, acudió junto a un amigo. “Se echa de menos ver a la gente disfrutar”, afirmó.

“La verbena es segura”, reivindicó Fany Sánchez y se despidió del público con el deseo de volver a verlos en fiestas, “pronto y muchas”. “Fue un subidón. Se deberían hacer más cosas; el público se porta bien”, dijo tras bajar del escenario.