Paco Franco creía que el sentido del humor era una herramienta muy útil para diseccionar la realidad. Así que si tuviera que afrontar el trance de escribir sobre la pérdida de un compañero, supongo que empezaría liberándose del peso de lo obvio diciendo que la reseña biográfica de Francisco José Franco del Amo está disponible en la Wikipedia.

En su caso, doctor en Biología por la Universidad de Santiago que tras una intensa carrera (que le llevó a Estados Unidos) abandonó la investigación para trabajar en los Museos Científicos del Ayuntamiento de A Coruña, donde durante casi veinte años dirigió el Aquarium Finisterrae.

Ahora bien, aunque adjuntásemos a esta semblanza la larga lista de exposiciones, proyectos y publicaciones que nos deja, no haríamos justicia a su auténtica valía como divulgador y museólogo. El motivo es que, en su caso, las cualidades como profesional estaban íntimamente ligadas a sus virtudes humanas.

Por una parte, gozaba de una creatividad desbordante y un inteligente sentido del humor que le permitieron afrontar proyectos tan atractivos como una exposición sobre las asombrosas soluciones que la naturaleza ha encontrado al problema de la reproducción en el medio marino. El resultado, con el título de Sexo Azul, se puede disfrutar hoy en las salas del Aquarium. Además, por su carácter afable era una delicia trabajar a su lado, lo que explica que en los últimos años colegas de toda Europa contaran con él para poner en marcha proyectos de educación medioambiental ligados a los océanos.

Con todo, creo que lo que más vamos a echar en falta es su enorme generosidad. Muchos vecinos de A Coruña pudieron disfrutar de ella cuando, durante sus guardias de fin de semana, programaba sesiones del Viaje al centro del Aquarium, una visita por las cuarentenas, salas de bombas y otras zonas técnicas de la instalación en las que compartía su pasión por el mar y la divulgación.