La Autoridad Portuaria ha mantenido en caja o depósitos bancarios una parte sin invertir del crédito de 200 millones de euros que le concedió Puertos del Estado y por el que ha pagado de momento solo intereses, unos 40 millones de euros hasta la actualidad, lo que convierten año a año a la entidad coruñesa en la principal fuente de ingresos financieros del organismo estatal. Es por eso que el Puerto coruñés ha disfrutado de una holgada tesorería, de 54,8 millones de euros en 2020, que le permite tener liquidez para atender a sus obligaciones a corto plazo pero también, por tanto, un fondo de maniobra caduco que está comprometido en desembolsos futuros, ya que enflaquecerá, entre otros deberes, con el pago a Repsol y otras concesionarias por el traslado de los muelles interiores a punta Langosteira.

El acuerdo al que llegaron Puertos y la Autoridad Portuaria para financiar actuaciones en la dársena de Langosteira en 2011 —de 250 millones que se redujeron a 200— no es un préstamo al uso, sino un contrato de crédito, lo que permite ir disponiendo de los fondos según necesidad hasta el límite (200 millones) en sucesivos plazos. Según el acuerdo de diciembre de 2020 de la última Comisión de Seguimiento del crédito —que vela por el cumplimiento del convenio de normalización financiera por el que Puertos tutela las cuentas del puerto coruñés a cambio de la concesión del préstamo—, el destino de los fondos es el siguiente: 105 millones están consignados a las modificaciones que se hicieron en el proyecto y que generaron parte de su sobrecoste; 22,4 millones para la construcción de la “galería para tuberías y pantalán de atraque de buques tanque”; 22,1 millones para la “realización de las obras necesarias para el acondicionamiento de la dársena del puerto exterior para poder recibir tráficos, especialmente de graneles sólidos, a corto plazo”; y 50,5 millones para “gastos e inversiones necesarias para la revisión de las concesiones a los efectos de su traslado a los espacios de la nueva dársena portuaria”.

La Autoridad Portuaria decidió recibir la totalidad de los fondos pero parte de ellos no se han invertido por lo que quedaron en caja y estuvieron hasta hace meses en depósitos bancarios a plazo fijo, que aportaron un rendimiento sensiblemente menor que los intereses que está pagando a Puertos del Estado. Las cuentas a plazo fijo devengaron 72.970 euros en 2017, 66.703 euros en 2018 y 29.344 en el año 2020 (a 31 de diciembre de ese año ya no tenía depósitos). Solo en 2020 pagó a Puertos 3,5 millones que aún son intereses por el crédito, rubricado a un tipo del 1,75% (el del préstamo que se paga al Banco Europeo de Inversiones es apenas de un 0,17%).

De este modo, el Puerto coruñés terminó 2020 con una tesorería de 54,8 millones (en 2019 eran 63,2 millones y 68,2 millones en 2018). Por ejemplo, con un volumen de negocio superior A Coruña, la tesorería de Vigo es de 16 millones. El saldo es incluso superior al de Puerto del Estado, que terminó 2020 con 50,2 millones.

La Autoridad Portuaria coruñesa, en definitiva, dispuso de estos fondos y paga dichos intereses pero parte aún no se han destinado a las cuestiones previstas en el contrato de crédito, principalmente al pago por el traslado de Repsol y otras concesionarias. Preguntada por este diario, la Autoridad Portuaria no informó de si, a lo largo de 2021, ya había abonado alguna cantidad a la multinacional energética, que está construyendo el nuevo poliducto en estos momentos y cuya fecha de mudanza estaba sellada para abril de 2018, o a otra concesionaria. Tampoco cuánto del préstamo se mantiene hoy día en la tesorería de la Autoridad Portuaria, que en 2020 estaba en torno a los 50 millones pendientes de dichos abonos.