Tras el estado de alarma y las medidas de emergencia para paliar la pandemia, la Concejalía de Benestar Social se enfrenta a la resaca de un año y medio atípico, con vecinos que han perdido sus empleos o que no han conseguido estabilizarse económicamente y necesitan ayuda. La edil de Igualdade, Benestar Social e Participación, Yoya Neira, aclara que es necesario potenciar los Servicios Sociales también ahora, cuando se vislumbra el fin de la pandemia para “no dejar a nadie atrás”.

Empieza el curso y, un año más, está marcado por la pandemia, aunque ya sin la emergencia de los dos anteriores, ¿a qué se enfrenta la concejalía en esta vuelta a la normalidad cuando hay familias que no han conseguido recuperar sus vidas todavía?

Para nosotros, la situación es atípica desde que comenzó el estado de alarma. Los tiempos de Servicios Sociales son diferentes a los de la incidencia. Cuando hablábamos de la tercera ola, por ejemplo, para Servicios Sociales ya era la cuarta, porque había habido un repunte de solicitudes. Nos enfrentamos a seguir trabajando y a seguir demostrando que tenemos el músculo suficiente para seguir afrontando algo que está en nuestro ADN, que son las políticas de atención a las personas que se encuentran en mayor complejidad antes, durante y después del coronavirus. Lo hemos hecho, por ejemplo, con las becas comedor, adaptando las bases a las nuevas circunstancias. Vemos que ha habido un incremento en las peticiones de información y el reto es no dejar a nadie atrás y dar respuesta a quien nos pida ayuda.

¿Hay más demanda ahora que antes de la pandemia?

Sí, hay un aumento en el número de atenciones, hay también un perfil que ha comenzado en los últimos meses, de personas que no habían accedido antes a la red de Servicios Sociales y que solicitan ahora ayudas, muchas veces, de carácter puntual. Existe un repunte en lo que es la puerta de entrada a los Servicios Sociales que son los Servicios de Atención Inmediata (SAI). Las personas que necesitan información o que quieren conocer a qué tienen derecho y en qué se las puede ayudar, sí que han tenido un incremento importante.

¿Hay datos de nuevos usuarios en esta situación?

Hay un aumento de las atenciones en 2021 de un 35% comparado con el año 2019, que fue el año anterior a la pandemia. Un 10% del total de las personas usuarias acudieron por primera vez a los Servicios Sociales este año.

¿Son casos que necesitan ayuda puntual o que cronificarán su perfil en Servicios Sociales?

Existen perfiles de personas que necesitan ayudas puntuales para pagar un alquiler o suministros que son perfiles que, en un principio, no cronificarán. Tenemos también un perfil de usuario ya de Servicios Sociales que se ha visto más afectado por la pandemia porque el confinamiento implicó que los sectores que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad o tenían ingresos procedentes de la economía sumergida en aquel momento acudiesen en mayor medida a Servicios Sociales cuando, hasta el momento, solo lo habían hecho de manera puntual. En un caso o en otro, procuramos que la atención sea inmediata y que la respuesta sea rápida. Cuando hablamos de perfiles cronificados estamos hablando de casos distintos, porque ya están dentro del sistema y vamos adaptando la respuesta a las necesidades que tienen.

¿Cuándo estará finalizada la intervención en el asentamiento chabolista de A Pasaxe?

Quiero poner en valor el trabajo del equipo de Servicios Sociales y de las personas encargadas de este trabajo porque es ingente y el ritmo es bueno. Quedan nueve familias residiendo allí y todas tienen un plan para abandonar el poblado. Hemos sacado una convocatoria de vivienda y seguimos captando pisos para que las familias puedan acceder a estos recursos, actualmente tenemos quince. Desde que iniciamos el mandato hemos sacado del poblado a 17 familias, 32 adultos y trece menores. Nos quedan nueve y tienen plan. de intervención para salir. En la anterior legislatura salieron 16 familias y nosotros hemos sacado a quince y con pandemia. Este trabajo no es solo para cambiar de vivienda, es mucho más. El trabajo es de intervención conjunto con las familias para que salgan a una vivienda y que salgan viendo que es una oportunidad para ellos y para los niños.

¿Cómo pasaron la pandemia en el poblado?

Se hizo un trabajo de contacto diario y directo tanto con A Pasaxe como con otros poblados para las mascarillas, para el refuerzo escolar, para el suministro de comida, subían las trabajadoras sociales todas las semanas. Fueron una prioridad.

¿Alguna de las familias que ha abandonado el poblado ha querido volver?

La verdad es que no. La trabajadora social que los acompaña siempre dice que el momento en el que los niños entran en la que va a ser su casa es muy emocionante y estamos teniendo un éxito importante en su adaptación a una vivienda diferente y eso deja claro que el compromiso con el trabajo de intervención y de acompañamiento —que es importantísimo para que acepten la vivienda como una oportunidad para una vida totalmente autónoma e independiente, de inserción social y laboral— están dando frutos. Esa es la razón de ser de Servicios Sociales.

Viene la negociación de los presupuestos, durante la pandemia era una prioridad, ¿cómo va a ser 2022?

El bienestar de las personas sigue siendo una prioridad para este Gobierno y yo confío en que continúe en esa senda. Los Servicios Sociales necesitan músculo y ese músculo es el presupuesto. Hemos tenido también un refuerzo importante de personal para hacer frente al aumento de unas necesidades para las que nadie estaba preparado en tan corto espacio de tiempo. Si la pandemia nos enseñó algo es que la colaboración, la negociación y el entendimiento entre fuerzas políticas e instituciones es lo que da soluciones a la gente.

¿Qué está pasando en Os Mallos para que haya tantos problemas de convivencia en un barrio que nunca antes los había tenido?

No hay una correlación directa entre la población atendida por los Servicios Sociales y la okupación, si esa es la pregunta. Si hablamos de okupación, estamos hablando de un problema de seguridad que es competencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con las que colaboramos estrechamente a través de un trabajo coordinado con la Subdelegación del Gobierno. Los Servicios Sociales en lo que trabajamos es en la intervención social de cualquier persona que detectemos que se encuentra en una situación de vulnerabilidad social.

“Los datos de jóvenes que niegan la violencia de género son alarmantes. Nos preguntamos en qué estamos fallando”

Solo esta semana, tras la muerte de Mónica Marcos, presuntamente a manos de su pareja, una joven ha denunciado una violación y la Policía Local ha detenido a un hombre por un presunto delito de violencia machista, ¿qué está pasando?, ¿por qué hay tantos casos de violencia de género?

Tenemos que hacer una reflexión profunda como sociedad, tanto las instituciones públicas como los vecinos. Hay un informe que dice que uno de cada cinco hombres de entre quince y 29 años niega la violencia de género. Es alarmante. Detectamos muchas maneras de violencia, desde el control a la cosificación de la mujer y relaciones desiguales en edades cada vez más tempranas. Nosotros mismos nos preguntamos qué está pasando y en qué estamos fallando tanto como institución como socialmente y en la educación en casa. Tenemos que trabajar en conjunto y sin bajar la guardia porque las cifras están ahí. Los minutos de silencio en los plenos pesan cada vez más, porque son cada vez más y detrás de cada minuto de silencio hay un drama. No estamos socialmente acertando en el tratamiento. Nuestro compromiso y el de la alcaldesa, Inés Rey, es con las políticas de igualdad, con la formación, con esos cursos que vamos a sacar en breve para que los más jóvenes sean protagonistas de esa formación contra la violencia y también de educación en la diversidad. En pandemia, en el servicio de Igualdad, se puso en marcha de un día para otro una nueva casa de acogida, trabajamos constantemente con el CIM y el repunte de consultas no es excesivamente elevado a diferencia de lo que estamos viendo, por lo tanto, algo está sucediendo algo que a lo mejor no estamos viendo. Estamos en un momento en el que, aquello que no se podía decir, se está normalizando que se diga y eso es peligroso.

Y los cursos, ¿para cuándo?

En breve, pero serán este curso. Entran dentro de Coruña Educa, por lo que invitamos a los centros educativos para que se sumen. Son cursos para educar en el respeto y en la convivencia.

¿Cómo se encuentra actualmente la casa de acogida?

Tenemos ocupadas nueve plazas de quince, entre mujeres y menores. Los pisos de transición a la vida autónoma, que tenemos dos, tienen siete plazas ocupadas de once disponibles. Cuando las mujeres salen de la casa de acogida van a ese periodo de transición en los pisos hasta que pueden llevar una vida autónoma.