La medalla Antonio Casares Rodríguez de la sección de Química y Geología otorgada por la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC) lleva el nombre de María Antonia Señarís, catedrática de Química Inorgánica de la Universidade da Coruña (UDC), a la que llegó en 1995. Desde entonces ha combinado su docencia con trabajos de investigación, estancias en el extranjero y patentes. “Cuando llegué aquí, no había laboratorio para investigadores, solo para alumnos. Yo venía de Texas, donde teníamos un edificio de nueve plantas con un equipamiento impresionante. Fue como empezar de cero”, recuerda.

La catedrática, que inició sus estudios entre Santiago y Madrid, no entiende la docencia sin investigación. “Las dos cosas se enriquecen mutuamente. Es la combinación perfecta”, resume. Su vocación docente, que no tiene fin, apareció cuando todavía era una estudiante. “La química vino después”, apunta.

María Antonia Señarís fundó y dirigió el grupo de investigación Química del Estado Sólido y Materiales de la UDC, que actualmente desarrolla su actividad en el Centro de Investigaciones Avanzadas. También participó en más de 25 proyectos de investigación. “Por eso el premio es una alegría grandísima. Es el reconocimiento a un esfuerzo continuo. Aunque la medalla me la den a mí, es de todos. Y que reconozcan el trabajo de este grupo de investigación que es pequeño, pero muy motivado, es increíble”, comenta.

Señarís, que completó su formación en Estados Unidos, Alemania, Francia y México, es coinventora de dos patentes en materiales dieléctricos y seis patentes sobre materiales y dispositivos calóricos. “Me importa mucho la parte aplicada. Trabajamos con sólidos que tienen propiedades que los hacen útiles. Me gusta que lo que hacemos sirva para algo y pueda llegar a la sociedad”, expone. De hecho, está en contacto con “varias empresas para acercar al mundo” algunos de estos inventos.

Actualmente es vicepresidenta del Grupo Español de Química del Estado Sólido y Materiales de la Real Sociedad Española de Química y, aunque lleva más de 25 años poniendo todo su empeño en colocar la Química Inorgánica en un lugar privilegiado, todavía tiene ganas de más. María Antonia Señarís todavía tiene sueños por cumplir. “Llevamos cuatro años entusiasmados con materiales nuevos con efectos calóricos. Dimos con ellos casi por casualidad, investigando otra cosa, y hemos visto que son muy útiles para refrigerar y calentar. Vemos que la energía está carísima y muchos gases son contaminantes, por lo que se restringirá su uso. Podríamos sustituir esos gases por estos materiales más eficientes para poder refrigerar”, detalla.

Así, la medalla otorgada por la Real Academia Galega de Ciencias, que premia su trayectoria, sirve a Señarís de “revulsivo”. “No te dan una medalla para que te vayas para casa sino para que continúes”, expresa la catedrática, que logró la beca Fullbrigt posdoctoral en la Universidad de Texas, en Austin, bajo la dirección del profesor John B. Goodenough, premio Nobel de Química en el año 2019.