El doctor Enrique Pérez Montero, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía, perdió la vista por una enfermedad degenerativa. Impartió ayer una conferencia sobre el uso del sonido a la hora de divulgar su disciplina, en el marco del Congreso Estatal de Astronomía que se celebra estos días en la ciudad.

¿Cómo nace la idea de usar el sonido en divulgación?

Soy miembro de la ONCE, e iniciamos un proyecto de divulgación hace unos años para enseñar astronomía a las personas invidentes. Si no puedes acceder a la información visual, tienes que utilizar otros canales. Se ha venido utilizando el táctil, láminas, maquetas, pero estamos explorando el sonido, porque permite acceder a muchos tipos de información. Yo lo uso solo como medio de divulgación o enseñanza, pero algunos grupos lo están empezando a emplear de manera profesional. La información que recibes del cielo está tomada por telescopios gigantes, observatorios espaciales, que lo transforman en una señal digital. Esta normalmente la representa visualmente, pero nada impide hacerlo por sonido. El sonido es tan lícito como una representación visual, con la ventaja de que es inclusivo. No hay pautas a la hora de usarlo: te adaptas a lo que quieras transmitir.

Quizás se tiene la idea de que los astrónomos son gente observando luz visible a través de un telescopio, pero ustedes captan radiación y luego leen los datos.

¡Claro, claro!

Este año empezó con El Universo en palabras, vídeos de divulgación autodescritos adaptados para personas invidentes. ¿Qué lo llevó a empezar en la divulgación?

La motivación inicial empezó cuando me afilié a la ONCE. Cuando le comenté a mis compañeros que soy astrónomo y que, por perder la vista no pierdo mi trabajo, ni pienso hacerlo, te piden explicaciones. Ahí empiezas a divulgar, pues tienes que explicar cómo es posible hacer astronomía sin ver. Primero hice charlas, luego usé material táctil, sonificación [convertir datos en sonido]... El proyecto no ha dejado de crecer desde hace siete años. En el último año y medio, con el COVID, la sonificación y las actividades virtuales nos han permitido seguir haciendo divulgación. Nuestra idea es seguir creciendo. Y sigo con mi actividad investigadora; también hay que divulgar la idea de que una persona ciega no tiene por qué dejar de investigar.

Perdió la vista ya de adulto. ¿Cómo fue la adaptación?

Fue duro. Cuando hice el doctorado aún tenía un resto de visión, y he hecho observaciones visuales. Tuve tiempo para irme adaptando y he podido adaptar mi trabajo a un formato más computacional.

Su trabajo, mayoritariamente, consiste en construir explicaciones a través de datos que le llegan.

Sí, al final y al cabo los datos los adquieren los instrumentos y los telescopios. Muchas rutinas automáticas ya los reducen. Cuando llegan hasta mí, ya sé analizarlos, tratarlos y sacar conclusiones a partir de ellos. Soy investigador principal de un proyecto, tengo gente a mi cargo y estudiantes de tesis, y en el trabajo en equipo se trabaja igual o incluso mejor que si yo viera.

Trabaja en la formación de estrellas en los primeros tiempos después del inicio del Universo.

En estas primeras etapas se formaron estrellas muy calientes que ionizaron el gas que estaba a su alrededor, que emitió radiación. Estudiándola puedes medir la temperatura del gas, la presencia de distintos elementos... Con la ventaja de que cuanto más lejos mires, más atrás en el tiempo observas [porque la luz ha tardado más en llegar]. Eso te permite ver cómo han evolucionado la Galaxia y el Universo y de qué depende esta evolución. Pronto se lanzará el telescopio espacial James Webb, que observará la frecuencia infrarroja. Ahí veremos más lejos, y muchas de las recetas que he diseñado para el infrarrojo se podrán utilizar con los datos que recabe.

¿A qué antigüedad llegan?

El Big Bang se produjo a unos 13.800 millones de años, estamos haciendo observaciones de hace unos 13.000 millones. Se supone que cuando se construyan telescopios aún más grandes podremos ver la primera generación de estrellas y galaxias. Estamos rozándolo.

¿Qué le gustaría averiguar?

Un misterio que me encantaría contribuir a resolver tiene que ver con los metales. Solo se pueden producir en el interior de estrellas, y, aunque miramos cada vez más y más lejos, solo hemos encontrado estrellas que ya los tienen, con lo que vienen de estrellas anteriores. Todavía no hemos encontrado la primera generación de estrellas sin elementos pesados, hecha con el gas primordial del Big Bang. Eso sería un hito.