No quieren ser vistos como víctimas de nada, tienen enfermedades mentales y ya está, es una parte de ellos pero no lo que ha de definirlos. Tienen entre 19 y 50 años y han formado el grupo Gente Única. Es un colectivo que nace en el seno de APEM (Asociación Pro Enfermos Mentales) y que realizará su primera actividad abierta a la ciudadanía el 17 de octubre. Será una pequeña ruta, desde la fuente de los surfistas hasta la explanada de O Parrote, desde las 10.30 horas a las 12.30. En este caso, el aforo estará limitado a 200 personas y repartirán los dorsales antes de empezar la actividad por orden de llegada.

Dice Gemma González, que es trabajadora social en la entidad que, para el equipo que trabaja en APEM, este grupo es el “mayor triunfo” que pueden tener como profesionales, porque son sus usuarios los que toman las riendas de lo que quieren hacer con su tiempo libre, “porque pelean por ellos y por los demás” y porque en esta ocasión, ellas hacen funciones solo “de secretaría” para que todo salga bien.

Carlota, Juan, Ricardo, Julián, Ángel y José María saben qué es no tener fuerzas para levantarse de la cama, saben cómo se siente una persona que está encerrada en sí misma y también en casa, conocen la incomprensión y las miradas que les juzgan o que denotan miedo y, para decirles a quienes se encuentren en esa situación que de ahí también se sale están ellos, no solo para que participen en su caminata sino también para que se puedan sumar a su grupo Gente Única y que puedan empezar ellos también a divertirse más allá de las actividades dirigidas que hacen en el centro.

“Nos dábamos cuenta de que, en lo que más necesitaban cambiar era en el ámbito de las relaciones sociales y en ocupar el tiempo libre de forma adecuada. Entonces, a Carmen [la psicóloga del centro] y a mí se nos ocurrió plantearles que ellos mismos organizasen actividades para ellos mismos y para otras personas que no tienen la iniciativa de hacerlo, pero que sea de ellos para ellos”, relata Gemma González.

“Surgió lo de la andaina pero más que nada, para la gente que está encerrada en su casa, que no sale a la calle y para animarlos a que tengan relaciones sociales”, relata Juan Vázquez. Para Carlota Fernández, es también una manera de “normalizar los problemas de salud mental que, con la pandemia, han ido a más”, y se centran en la ansiedad y la depresión y en “ocupar el tiempo libre” de las personas que están viviendo esa situación porque es en esos momentos “en los que más se raya la cabeza”, como lo define Ricardo López, porque es cuando no tienen nada que hacer cuando rumian sus pensamientos.

El nombre de Gente Única no es casual, lo eligieron porque, todos a nuestra manera somos especiales, aunque a ellos, por la enfermedad mental, se les estigmatiza. “Muchas veces se piensan que somos violentos y no es así”, defiende Juan Vázquez, así que, para romper esas barreras, para poder conocer gente tengan o no enfermedad mental es para lo que han organizado esta actividad lúdica, “queremos también que conozcan este recurso para que puedan hacer actividades con nosotros”, relata Julián Otiñano.

Sabe muy bien José María Fraga cómo es eso de no saber qué hacer con el tiempo libre, porque explica que, antes de entrar en APEM, no hacía actividades. “Si no estás en asociaciones y con gente que te guíe, lo normal es que no salgas de casa. Una cosa como una andaina, que no parece mucho, puede ser muy importante en ese momento”, comenta Ricardo López. La ruta, además, se celebrará tan solo una semana después del día mundial de la salud mental.

Gemma González tiene muy claro que “esto no va de diagnósticos” sino de personas que tienen dificultades para mantener relaciones sociales, por depresión, por ansiedad, porque se han ido aislando... y que están intentando que eso no pase y que nadie se sienta solo en esta situación. Así que, cada semana se reúnen para ver qué más actividades pueden hacer en grupo. No todas serán públicas como esta andaina, que cumple la doble función de visibilizar las enfermedades mentales a la población y también la de ocupar su tiempo libre, pero ya tienen en mente otras, como un partido de fútbol o una ruta de senderismo. “El primer paso es el más difícil, una vez que sales de casa, ya empiezas a coger confianza, por eso nos parecía importante hacer algo para el resto de la gente y no solo para el grupo”, relata Ricardo.

“A mí hoy por hoy, si no es por APEM, porque tengo que venir a hacer cosas, me cuesta mucho salir de casa y con Gente Única lo que hacemos también es darnos un revulsivo para encaminarnos”, comenta José María. Para ellos es importante que estas actividades salgan bien porque se sienten “realizados” y porque saben que tienen que vivir con la enfermedad mental sin que eso les defina, aunque tengan que luchar cada día contra la incomprensión, incluso, también la de sus familias y la de ellos mismos cuando todavía no entienden qué les pasa.

En estos casos, es importante, según explican, no compararse con los demás, sobre todo, en las primeras fases de la enfermedad o en la juventud, cuando ven que sus amigos se van a la Universidad o que se van de viaje, aunque ellos tienen por delante una carrera más dura por delante, que es la de recuperarse. “Hay que aprender a ser feliz con lo que tenemos”, resume Ángel Sánchez.

Todos ellos están de acuerdo en aumentar el grupo, así que, animan a todas aquellas personas que quieran a que se pongan en contacto con APEM para que Gente Única sea más grande y pueda organizar más actividades que den sentido a su tiempo libre.