“El trabajo de camionero está garantizado por la demanda que hay”, asegura Pablo Pérez Mayobre, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas sobre la actitud de las empresas de transporte de mercancías en relación a estos profesionales, cuya escasez les lleva a efectuar las contrataciones en cuanto terminan los cursos de formación. Pero los sueldos bajos y las jornadas de trabajo muy amplias hacen que sean muy pocas las personas que se animen a introducirse en este sector, según reconocen los propios empresarios. Los sindicatos confirman esta impresión y proponen que se controlen los horarios y se apliquen beneficios sociales para que los jóvenes encuentren atractivos en el transporte de mercancías.

“Las empresas siempre han llamado para ver si tenemos gente, pero últimamente hay mucha más y se nota más afluencia de alumnos, pero nada del otro mundo”, explica Pérez Mayobre. “Pocas actividades hay en las que te prepares y al día siguiente estés trabajando”, señala sobre el interés de las empresas por quienes hacen los cursos, ya que hace quince días fueron contratadas dos personas que acaban de terminar la formación. Para el portavoz de las autoescuelas de la provincia, el coste de los cursos es “relativo” porque considera que puede pagarse con el sueldo del primer mes. Pero Pérez Mayobre admite que el transporte de mercancías tiene una mala imagen porque sus largos horarios hacen “complicado conciliar la vida familiar con el camión”.

Lucía Loureiro, vicepresidenta de la Asociación Coruñesa de Transportes Discrecionales y Especiales (Acotrades) alerta de que “no está habiendo relevo generacional” y que ya no existe la posibilidad de obtener el carné de camionero en la mili, lo que antes proveía a las empresas de conductores. “Ahora hay menos gente que quiere acceder a la profesión, ya que no es para nada atractiva, tienen que viajar por España y Europa y en las empresas son los últimos para todo, ya que no hay respeto ni consideración por la gente”, comenta. “No es normal que lleguen a descargar a una empresa y porque solo falte media hora para cerrar les obliguen a hacerlo al día siguiente”, se lamenta, ya que estas actitudes obligan a los camioneros a pasar un día más fuera de su casa.

La patronal reclama a las administraciones que se haga más accesible la formación y que sea más barata, ya que sacarse el carné “cuesta no menos de 2.000 euros”. Loureiro confirma que las empresas van a buscar a los conductores a las autoescuelas, “con el riesgo que supone contratar a personas sin experiencia”, por lo que la patronal plantea que la formación se haga con prácticas en las empresas “porque en las autoescuelas se hacen sin carga, les das un tráiler que lleva 40 toneladas y no tienen ni idea de qué hacer con lluvia o nieve, además de cómo amarrar la mercancía”.

Según la vicepresidenta de Acotrades, los transportistas intentan subir los sueldos pero sus clientes “fijan sus resultados en base al precio del transporte”, lo que lleva en muchos casos a que los precios “no cubran casi los costes”. “Ojalá pudiera pagar muchísimo más, porque es un trabajo muy fastidiado, ya que tienes que estar toda la semana fuera de tu casa”, afirma Loureiro, quien advierte de que en ocasiones hay problemas en las empresas a las que prestan servicio cuando se producen picos de demanda porque no pueden sacar su mercancía ante la falta de camiones,.

Sobre la posibilidad de que estas dificultades se agraven en el futuro, como sucede ya en el Reino Unido, considera que en las próximas navidades “podría haber un colapso” en España, pero que “dependerá de la demanda que haya”.

Para Rodrigo Patiño, secretario de Organización de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT en la provincia de A Coruña, el trabajo de camionero “no es atractivo por lo que se cobra en relación al tiempo de trabajo”, hasta el punto de que parados a los que el sindicato ofreció obtener este carné dudaron por las condiciones de trabajo. En su opinión, además de una subida de los sueldos, “estar fuera de casa tiene que estar compensado con días de descanso para conciliar la vida familiar y laboral” y con otros beneficios sociales.

Pero, su experiencia le lleva a afirmar que en la negociación de los convenios la patronal “se cierra en banda a establecer un control efectivo de la jornada de trabajo, como sucede en el transporte de viajeros”. Aunque la tarjeta digital de los camioneros registra el tiempo que permanecen conduciendo, la Inspección de Trabajo no la reconoce como documento válido para reflejar su jornada laboral, ya que debería estar incluida en el convenio. Esto lleva a que en el tiempo de trabajo no se incluyan las horas de carga y descarga ni las paradas, y Patiño destaca que en rutas que se realizan de lunes a viernes, el conductor llega ese último día a su casa de madrugada.

UGT y CIG no firmaron el anterior convenio provincial porque la revisión salarial “era prácticamente nula y se negó un día para asuntos particulares”, detalla el dirigente de UGT, quien añade que normalmente los trabajos más atractivos los tienen los conductores más veteranos, por lo que los jóvenes de 18 a 25 años que se forman acaban trabajando en paquetería, sector del que dice que “está aún peor regulado y la patronal no quiere incluir en este convenio”.

Para Patiño, “hay muchas maneras de hacer atractivo un puesto de trabajo sin que todo sea el salario”, para lo que defiende el control del horario de trabajo, que se abonen o compensen los excesos de jornada y la aplicación de coeficientes reductores para jubilarse a los 58 o 59 años porque los conductores tienen problemas físicos que no están reconocidos como enfermedades profesionales. También propone que la formación bonificada sea cofinanciada y un plan para captar trabajadores con participación de autoescuelas, empresas y sindicatos.