Las circunstancias en las que se produjo el accidente de tráfico del pasado miércoles, en el que un automóvil cayó desde la ronda de Outeiro a la calle Caballeros y otro se estrelló contra una columna publicitaria en la primera de sus vías, todavía generan múltiples dudas entre los investigadores del siniestro, que desconocen por el momento cuál fue su origen. Lo que han permitido conocer las cámaras de vigilancia del tráfico, según fuentes próximas a la investigación, es que uno de los vehículos había cruzado previamente el puente de A Pasaxe, probablemente procedente de Santa Cristina, pero inicialmente se descarta que en ese lugar hubiera comenzado un pique con el conductor del otro coche.

Lo que sí reflejan las cámaras es que uno de los automóviles giró en Alfonso Molina hacia la ronda de Outeiro de forma brusca, posiblemente por haberlo hecho demasiado tarde, y puso en apuros al otro vehículo. Ambos tomaron el desvío hacia la ronda y después se produjo el accidente, pero el lugar por el que cayó uno de ellos a la calle Caballeros se encuentra a muy corta distancia del enlace, por lo que parece difícil adquirir una gran velocidad que justificase que saliese despedido. A pesar de que un testigo declaró que circulaba a una velocidad excesiva, su testimonio no deja de ser una percepción subjetiva, mientras que los investigadores de la Policía Local deben presentar pruebas fehacientes al juzgado que demuestren que efectivamente superaba los límites establecidos.

El equipo de atestados trabaja ahora para averiguar si el vehículo que circulaba detrás golpeó al que cayó desde el viaducto y si lo hizo de forma intencionada, ya que en ese caso sería responsable de un delito penal. Para ello analizan las carrocerías de los dos turismos, las huellas que dejaron sobre el asfalto, la forma en la que chocó el que iba en cabeza contra la barandilla del viaducto y también en la que cayó sobre la calle Caballeros. Sobre este último aspecto, la caída sobre el frontal del coche, en el que se encuentra el motor, salvó a los pasajeros de sufrir un impacto con consecuencias más graves.

Las dos personas que viajaban en ese coche prestarán declaración el lunes ante la Policía Local, que ya efectuó ese trámite con las dos que circulaban en el chocó en la ronda, una de las cuales abandonó el lugar tras el accidente. Posteriormente se revisarán de nuevo las grabaciones de las cámaras para contrastarlas con las declaraciones. Pero aún quedará un largo trabajo para los investigadores, quienes toman como referencia el grave accidente ocurrido en julio de 2017 a solo unos metros y en el que un menor falleció y otros cuatro resultaron heridos graves.

En aquel caso la Policía Local fue felicitada por el atestado realizado, en el que incluso se recreó el siniestro con la grabación de vídeo disponible casi fotograma a fotograma con el fin de determinar cómo se había producido, aunque en esta ocasión no hay imágenes sobre el momento en que ocurrieron las dos colisiones.