La reforma que pretende llevar a cabo Abanca del edificio del cine Avenida —desocupado desde 2007— deberá conservar algunos de sus elementos más característicos, como los escaparates curvos de los comercios que ocupaban el vestíbulo del edificio. Así se lo advirtió la comisión asesora del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del casco histórico al propietario del inmueble, que tendrá que mantener también los elementos originales de la carpintería de la entreplanta, así como la armonía horizontal de este tipo de elementos en toda la fachada, donde también habrá que preservar las cornisas, los machones y las molduras que estos poseen.

La comisión asesora del Pepri está formada por un arquitecto, un arqueólogo y un técnico jurídico municipal, además de otros dos especialistas designados por la Consellería de Cultura, a los que se suman un historiador, un arquitecto y un arqueólogo de reconocido prestigio. Antes de que Abanca, que informó a este periódico de que no se han producido novedades recientes en esta actuación, pueda recibir la licencia de obras tendrá que efectuar sondeos arqueológicos en el subsuelo y recibir autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural para iniciar los trabajos.

Cuando a finales del siglo pasado la entonces Caixa Galicia construyó el edificio de su fundación en la parcela anexa al cine Avenida, en las excavaciones aparecieron restos de viviendas de la era romana que mantuvieron paralizados los trabajos durante meses, por lo que es posible que también en el subsuelo de este inmueble haya vestigios de esa época.

El proyecto para rehabilitar el antiguo cine Avenida fue solicitado por Abanca a finales de 2019. Las peculiares características de este edificio, construido en 1941 bajo la dirección de Rafael González Villar, quien se ocupó del diseño de todos los elementos. El vestíbulo, que fue concebido como una prolongación del Cantón Grande con forma de deambulatorio y daba acceso tanto a las viviendas como a la sala de proyección, se convirtió en el punto de reunión de la ciudadanía gracias a su amplitud.

El inmueble fue adquirido en este siglo por Amancio Ortega, a quien se lo compró posteriormente Caixa Galicia, entidad financiera cuya heredera es Abanca. El cine Avenida figura en el catálogo de patrimonio del plan general y dispone de protección integral, por lo que no puede modificarse ninguno de sus elementos. Este hecho y los catorce años que lleva desocupado, que han causado importantes daños en el inmueble, hacen que el Concello analice de forma minuciosa la solicitud de licencia de rehabilitación presentada por Abanca, a la que ya exigió importantes cambios en su proyecto.

La entidad financiera no ha informado por el momento sobre qué destino pretende dar al edificio tras su reforma, aunque Caixa Galicia preveía, cuando lo adquirió en 2007, que se convirtiese en una prolongación de su fundación, de forma que albergase oficinas y espacios de actividad institucional y social.