La refinería de Repsol continúa la diversificación de su producción de combustibles renovables a partir de residuos con la elaboración de hidrobiodiésel a partir de 500 toneladas de aceite de cocina de origen nacional. Se trata de la primera experiencia realizada por el complejo coruñés con este producto, para el que se utiliza, además del aceite de fritura, aceite vegetal y otros componentes que se procesan en una unidad desulfuradora hasta convertirse en combustible.

La refinería ya ha trabajado anteriormente en la producción de otros combustibles de baja huella de carbono., ya que para la fabricación de biogasolinas se utiliza bioetanol y en la de hidro-biodiésel se emplea también aceite vegetal, mientras que en otros productos se aprovecha el éster metílico de ácido graso.

Repsol califica esta experiencia como “un paso más en la descarbonización de los combustibles para el transporte por carretera” mediante el uso de residuos generados en España, ya que la fabricación y utilización de este biocombustible en un vehículo implica una reducción de hasta el 90% de las emisiones de dióxido de carbono con relación respecto a un gasóleo de origen mineral.

La compañía recuerda que la Comisión Europea prevé la reducción del 13% en la intensidad de carbono de los combustibles para 2030. y que los combustibles de bajas emisiones procedentes de residuos figuran entre los calificados como sostenibles por la Directiva Europea de Energías Renovables.

Repsol destaca que su refinería coruñesa pretende convertirse en un “polo multienergético” que fabrique productos de baja huella de carbono, como los biocombustibles producidos a partir de residuos. Entre las iniciativas previstas figura la producción de hidrógeno renovable a partir de biogás, así como el uso de nuevas tecnologías para reducir emisiones dióxido de carbono. La empresa añade que sus nuevas instalaciones en punta Langosteira, harán posible crear allí un polo de energías renovables.