El exdirector de la Unesco Federico Mayor Zaragoza impartirá mañana la ponencia Educación para ser libres e iguales, en el marco del I Foro Pensando en Educación, en la que reflexionará sobre el verdadero significado de esta palabra y la responsabilidad que tenemos los seres humanos, con la educación como herramienta, para caminar y construir un mundo mejor. Lo hará a las 19.30 horas y por streaming en el canal de YouTube de Educación y memoria histórica del Ayuntamiento de A Coruña. Catedrático en Bioquímica, profesor, político y poeta, actualmente, además de ser co-presidente del instituto Universitario del Derechos Humanos, Democracia y Cultura de Paz y No-violencia, preside la Fundación Cultura de Paz.

Si fuésemos totalmente libres, ¿cree que ejerceríamos esa libertad con responsabilidad?

Este es precisamente el objetivo de la educación. El artículo primero de la constitución de la Unesco dice: “educados son los que son libres y responsables”. Es decir, son aquellos que ejercen plenamente las facultades que distinguen a cada ser humano: la libertad, pensar, imaginar, innovar y crear. Fíjese usted qué maravilla: cada ser humano es un creador. Hay una definición que a mí me gusta mucho repetir, de don Francisco Giner de los Ríos: “Educación es dirigir la propia vida”. Esto es lo que tenemos que tener presentes. Ahora, con la tecnología digital, da la impresión de que educación es saber cosas. Y no. Educación es saber cosas, pero, además, verificar que la información que uno ha recibido es la buena. Tenemos que ser muy cuidadosos de no confundir educación con capacitación. Yo he visto informes de PISA que decían que los niños españoles deben saber más inglés. Está muy bien, pero todo eso no es educación, es capacitación. Tenemos que consultar más a los maestros y a las maestras. Educación; los educadores. ¿Por qué metemos aquí a políticos y administraciones económicas?

¿Cree que la educación en este país está sirviendo a ese propósito de ser libres y responsables, o nos hemos desviado del objetivo?

En nuestro país tenemos educadores formidables. Pero, también, intervienen los políticos, hablando de libertad de elección de no se qué. Hay centros privados que no se rigen por las directrices de la pedagogía genuina, porque tienen sus propias directrices que marcan quienes financian estos centros. Yo no tengo nada en contra de los privados, siempre que sean centros concertados y que sigan las pautas que se consideran, en cada momento, mejor para la educación. Cuando yo estaba en UNESCO, le pedí a Jacques Delors, que en ese momento era presidente de la Comisión Europea, que presidiera una comisión mundial de pedagogía, para que nos dijeran cómo se puede llegar a ser libres y responsables, o sea, educados. Tras esta gran comisión, nos dieron cuatro grandes avenidas hacia esta educación. La primera es aprender a ser un ser humano: pensar, innovar, querer, imaginar.

¿A ser un ser humano se aprende? ¿No nacemos con esa condición?

Exacto. La segunda, aprender a conocer y saber distinguir el conocimiento de la información. Ahora, con la tecnología digital creemos que ya lo sabemos todo. Y no es así: no lo sabemos, tenemos una información sobre esta cuestión; y ahora hay que verificar si esta información es real, y, además, lo tienes que incorporar tú como conocimiento. El conocimiento es un acto personal. Cuando tienes el conocimiento, puedes pasar a la acción. La cuarta avenida es aprender a vivir juntos. El gran problema que hoy tenemos es que no hemos aprendido a vivir juntos, o algo que es fundamental, la solidaridad humana. La UNESCO dice “solidaridad intelectual y moral”, no solo material, que también. Es importante que tengamos esta solidaridad para que entendamos que todos los seres humanos son iguales en dignidad. ¡Ha costado tanto que la mujer sea reconocida igual que el hombre! Han pasado años y años, y siempre la mujer relegada, en un segundo término. Ahora ya no. Hemos comprendido que todos los seres humanos son iguales en dignidad.

¿Cómo de complicado es educar a las generaciones venideras en un contexto en el que reina la desinformación y los discursos interesados y perversos?

Lo primero que tenemos que hacer es tener una gobernanza a escala mundial que no sea como ahora, que es de unos consorcios enormemente poderosos. ¿Usted sabe que cada día se invierten en armas y gastos militares cuatro mil millones de dólares? Al tiempo, hay gente que no puede ir a la escuela, no tienen agua potable. Tienen que salir estas mujeres casi en ejercicios circenses a buscar unos litros de agua a varios kilómetros de distancia. ¡Qué desastre! ¿Cómo puede ser que haya esta brecha social inmensa? Una de las primeras cosas, efectivamente, es el cambio de gobernanza. Basta de G6, G7 y G20. Basta de que sea un solo país y un solo partido, el Partido Republicano de los Estados Unidos, los que mandan en el mundo. Ahora ha llegado el momento de un multinacionalismo democrático. Ha llegado el momento de que nos demos cuenta de que los países tienen que basarse en lo que dice la Carta de las Naciones Unidas, que es precioso: “Nosotros, los pueblos, hemos resuelto evitar a las generaciones venideras el horror de la guerra”. Ahora tenemos que decir, mirando a los ojos de nuestros descendientes que nosotros hemos decidido evitar a las generaciones venideras el horror de una habitabilidad de la tierra deteriorada. Se está deteriorando la calidad ecológica. Hemos dejado que se funda el Ártico, y mira que lo hemos dicho durante años.

Que nadie diga que no se ha avisado.

Nada, no se ha hecho ni caso, por esta gobernanza del G6 o del G7, que es la que ha mandado en el mundo,. En el año 2015, cuando por fin Obama, que es un presidente demócrata, aprobó los acuerdos de París sobre cambio climático y la resolución sobre la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, (ODS) fue un momento de gran esperanza. Y entonces llega Donald Trump y dice I will not apply. Y no aplicó durante años. Ahora tenemos más años de demora en procesos que pueden tener puntos de no retorno. Es gravísimo que no reaccionemos. Es de maleducados, pero no de los niños, ojo: aquí, siempre que hablamos de educación, pensamos en los niños. No. Educación para todos y durante toda la vida, y educación, especialmente, de estos gobernantes, que durante años han aplazado la puesta en práctica de la Agenda 2030 y de los ODS. ¿Y qué hace Europa? Se calla. Porque Europa ha tenido una serie de personajes magníficos, pero en este siglo ha tenido una serie de presidentes que han aceptado lo que ahora estamos viendo. En Europa hay decisiones ahora que tienen que tomarse por unanimidad. Pues bien: la unanimidad es la antítesis de la democracia. Todo eso lo tenemos que cambiar los educados, los responsables y los libres.

“La unanimidad es la antítesis de la democracia”. ¿No hay cabida, al menos, para un consenso?

El consenso no se alcanzará nunca en estos grandes representantes de los mercados y de los intereses. El consenso se alcanzará si somos , de una vez, nosotros, los pueblos, los que actuemos. No tenemos que estar distraídos. Tenemos que ser espectadores, tenemos que ser actores de nuestra vida. Esta es otra cosa, que estoy seguro de que una educación apropiada hará que no volvamos a ser tan distraídos como hemos sido hasta ahora. Cuando hemos dicho: ¡ojo, que se está fundiendo el Ártico!, ¡ojo, que se está elevando la temperatura de los océanos! Pues nada, todo el mundo aquí al turismo, a que vuelvan los turistas. No ha importado para nada. Ahora, si somos responsables, actuaremos, y no nos distraeremos.

¿Y qué puede hacer el pueblo para revertir esta situación?

Hace unos años no era verdad, pero ahora somos todos iguales. Eso primero. Tenemos que darnos cuenta de que ahora por fin tenemos voz. Antes, salvo algunos privilegiados que teníamos acceso, no nos podíamos expresar. Ahora todos tenemos un móvil en el que decir “te quiero mucho” y en el que decir “no, señor Trump”. Cuando hagamos un gran clamor popular, cambiaremos las cosas.