La colaboración, la transferencia del conocimiento de la Universidad a la empresa privada, la unión de las iniciativas más pequeñas para poder hacer frente a la transformación de la digital y fijarse en lo que ha fallado en otros proyectos para no repetir errores fueron ayer las metas que se marcaron los participantes en el curso A Cidade das TIC: construíndo un futuro dixital, que se celebra desde ayer en la sede de la Universidad Menéndez Pelayo, y que organizan el rector de la Universidade da Coruña, Julio Abalde, y la catedrática de Computación e Inteligencia Artificial, Amparo Alonso Betanzos.

La secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, participó ayer en la sesión inaugural y manifestó el compromiso del Gobierno de España con el desarrollo de este polo para las nuevas tecnologías, que tendrá su sede en las antiguas instalaciones de la fábrica de armas.

Para el presidente del Clúster TIC, Antonio Rodríguez del Corral, la transformación digital va a cambiar el mundo tal y como lo conocemos, va a generar oportunidades y empleos de alta cualificación, pero no será “neutral” ni inofensiva. Para Rodríguez del Corral, tal y como dijo ayer en la mesa redonda sobre las oportunidades de la Ciudad de las TIC, en esta revolución del tejido productivo va a haber “grandes perdedores” y los que tienen todas las papeletas para quedarse por el camino son “las pymes, si hacen la guerra por su cuenta”. Es por ello por lo que considera que es necesario un proyecto como el ideado en la ciudad, para que grandes y pequeños proyectos coincidan en un espacio, que se conozcan y que se alíen para crear alternativas “a las grandes plataformas”. Sobre la mesa de debate, la directora del Campus Innova de la UDC, Susana Ladra, puso cuestiones como las dificultades que encuentran las universidades para conocer cuáles son las necesidades de las empresas para poder ofrecerles una solución, son las mismas con las que se tropiezan las iniciativas privadas para saber cuáles son los proyectos en los que están trabajando los investigadores. Y eso, según explicó ayer Rodríguez del Corral, se soluciona con dinero, con la inversión en un sistema que archive y que permita consultar los algoritmos con los que se está trabajando ambas partes. Y es que, el escollo principal, el de que los alumnos de las universidades gallegas recibían formación en tecnologías obsoletas, se ha salvado ya y el de la falta de apoyo institucional, con la puesta en marcha de la Ciudad de las TIC, también se ha dejado atrás.

Para Lucía Ardao, que es directora de negocio en Indra, es importante también fijarse en lo que se ha hecho bien en otros proyectos, como el polo aeroespacial, en el que hay financiación pública, como en la Ciudad de las TIC. Para Rodríguez del Corral, Málaga es también un buen espejo en el que mirarse, ya que actualmente es un polo de atracción para las empresas tecnológicas después de haber hecho una apuesta decidida por este sector años atrás.

Sobre la conveniencia y oportunidad de construir la Ciudad de las TIC en un mundo pospandemia, que se tuvo que adaptar al teletrabajo a marchas forzadas, Patricia Olaya Tinoco, de IBM, aseguró que ya no es necesaria la presencialidad en las empresas tecnológicas pero que A Coruña ofrece una oportunidad a aquellas firmas que estén buscando un lugar en el que instalarse y de hacerlo en comunión con otras empresas del mismo sector con las que poder colaborar y “cocrear”. Anxo Suárez Veiga, director del sector industrial en Galicia y Asturias, de NTT Data, apuntó también a la importancia de que los estudiantes puedan contar con becas para adentrarse en el mundo laboral y para conocer de primera mano cómo es trabajar en el sector de las nuevas tecnologías.