Tan solo tiene 22 años, pero Silvia Caramés tiene claro a lo que se quiere dedicar: “Mi intención es ser escultora”. Lo dice sin dudas y con la ilusión de seguir formándose. La Xunta le acaba de otorgar el Premio Extraordinario de Artes Plástica y Diseño, lo que le anima a mirar al futuro con esperanza. “Empecé a estudiar Escultura en 2019 y ahora hago Dorado y Policromía en la Escuela Pablo Picasso”, cuenta.

Su idea era empezar la carrera universitaria de Bellas Artes, pero la pandemia le ha obligado a esperar un poco más. “Me quiero ir a Salamanca y me daba miedo no tener clase o volver al confinamiento, así que decidí formarme mientras en la Picasso, donde también estudió mi hermana”, relata la joven, que aunque siempre estuvo “obsesionada” con el mundo del arte, no fue directo el camino hasta él.

A los 16 años, Caramés entendía la escultura como su modo de vida. Pero el destino tenía otras cosas preparadas para ella. “Estudié auxiliar de Veterinaria.

En aquel momento no conseguí entrar a la escuela y opté por eso, de lo que estuve trabajando un año y medio”, recuerda. Pero el arte seguía esperando tras su puerta. Y no dudó en abrirla. “Me quedé sin trabajo y mi madre me dijo que era el momento, que hiciese lo que siempre había querido hacer”, revela. Aquella decisión supuso mucho trabajo y esfuerzo, pero hoy la Consellería de Educación reconoce su trayectoria académica, en la que destaca el proyecto que presentó al concluir sus estudios de Escultura aplicada al espectáculo. “Quería hacer algo que tuviese relación con la violencia de género y el machismo.

Al principio, pensé en hacer algo relacionado con el mito de Medusa, que todo el mundo piensa que es un monstruo, pero se convierte en eso porque la violan”, reflexiona Silvia Caramés.

La idea que nació en su cabeza fue tomando forma y acabó por crear un trofeo. “Hice una especie de Goya. Me inventé un supuesto cliente de una asociación que premia a artistas que hagan obra sobre violencia de género”, informa. La pieza estará expuesta este fin de semana en la Japan Weekend, que se celebra en ExpoCoruña, en el stand de la Pablo Picasso, donde también estará la creadora.

Silvia Caramés ha ido cumpliendo sueños en todo este tiempo. Insiste en que, en el futuro, se ve como “escultora”, que es lo que “más” le tira. Pero también el mundo docente le llama mucho la atención.

“Quiero enfocarme en la enseñanza. Mi proyecto de futuro es dar clase, aunque a la vez quiero tener proyectos personales”, comenta la estudiantes, que persigue la “oportunidad de enseñar a futuras generaciones”. “Quiero hacer lo mismo que los profesores que me enseñaron a mí, que son todos muy buenos”, finaliza.