Amparo Sánchez (Alcalá la Real, 1968) fundó en 1997 el grupo Amparanoia, una formación pionera en el mestizaje musical. Se disolvió en 2008, tras siete álbumes, y Sánchez continuó una carrera como cantautora en solitario, productora y escritora. Ahora el grupo ha vuelto con un nuevo álbum, Himnosis colectiva, grabado el año pasado. Tocarán sus canciones este miércoles a las 21.00 euros en Garufa, en un recital del programa Km. C de Estrella Galicia.

¿Cuál es la hipnosis a la que alude el título? ¿Tiene que ver con el COVID, ya que se grabó durante la pandemia?

Con el título hay una invitación a despertar de una hipnosis colectiva, de una manera de actuar a través del piloto automático, y a hacerlo gracias a los himnos que se proponen a lo largo del disco. Es una manera diferente de ver la situación extraordinaria que hemos vivido. Que no nos inunde el miedo, pongamos la mirada en actividades, emociones y pensamientos constructivos.

En cuanto a las cuestiones que reivindica, en Cumbia Perfecta canta “Damos la cara a lo que venga hermana / si nos tocan a una sola ya / todas somos tocadas”.

En el disco abordan diferentes cuestiones, y para seleccionar las canciones del álbum me interesaba tanto la propuesta musical y creativa como los temas que se tratarían en cada canción. En esta, en concreto, la intención fue hacer un homenaje. Es una cumbia con mucha inspiración de una corriente latinoamericana, de muchos grupos que hacen este estilo en un experimento muy chulo, y se trataba de unir esto a una letra que hiciese un reconocimiento a la lucha de las mujeres latinoamericanas por sus derechos.

Su música tiene mucha influencia de Latinoamérica.

Cuando saqué, ya hace más de 25 años, el disco El poder de Machín, hacía canciones inspirándome en la música cubana o mexicana sin haber estado en esos países, aunque sí con admiración. Ahora los he visitado, tengo vínculos con muchos artistas de allí, sigo descubriendo nuevos proyectos que me encantan... Y tengo una conexión fuerte. Tenemos una lengua que nos une, y hemos emigrado y ellos también, y ha habido ese intercambio entre diferentes nacionalidades que también está reflejado en la música. Latinoamérica es una gran inspiración y ha marcado mi manera de crear música.

Quizás la etiqueta de música latina haya quedado ligada al reguetón, pero usted recoge sonidos de muchas corrientes y fusiona sonidos más minoritarios. ¿Qué es lo que pretende yendo a muchas tradiciones musicales?

Me gusta la música de raíz y la fusión con otras sonoridades: es lo que he cultivado en Amparanoia y es nuestra marca. En nuestros conciertos estás oyendo un bugalú, y luego una canción balcánica, y luego una ranchera. La música a la que te referías es la música comercial, del mainstream y más promocionada, pero siempre han existido otras capas, afortunadamente. Sin ser una artista de ventas millonarias, sí he podido ser alguien muy querido, que sigue sonando y trabajando. Es un caminito más lento, de tortuga, pero para mí más gratificante, y creo que más inspirador para los demás.

¿Cómo ha ido incorporando la música urbana?

Ya en 2001 sacamos Enchilao, un álbum completamente electrónico, y en mi sello y faceta de productora también me he acercado a nuevas tendencias. En Himnosis colectiva vuelve a haber algunos toques electrónicos: siempre he ido mirando a otros lugares, pero desde mi esencia.

¿Cómo define esta?

Música de raíz, canciones escritas desde el corazón y con un mensaje que quiero transmitir, un mensaje constructivo e inspirador.

Escribe en Galiza Tropical, de su último disco, “Coruña tropical, entre guayabita fresa y Pepe Escobar”. ¿Cuál es la historia del tema?

Se funden dos historias. Tengo un amigo en Galicia que se llama Pepe, aunque no Escobar, y quise jugar con su nueva pasión: plantar plantas originales de Madeira. Quería hablar de estas semillas, que de alguna manera son ilegales, y hacer un paralelismo con las personas que también se consideran ilegales y no pueden viajar libremente. También porque los gallegos son un pueblo que ha viajado por todo el mundo. El tema representa la libertad, y, en mi caso, el amor que le tengo al pueblo gallego, por el cariño con el que siempre me ha tratado.

¿Cuál es su experiencia con autores de música gallegos?

Tengo pendiente una colaboración con Sés, que quedó en el aire por la pandemia, y con Tanxugueiras, a las que admiro un montón.

Con 24 años, ya siendo madre, se trasladó a Madrid para vivir de la música, sin garantías de poder hacerlo. ¿Cómo fue dar ese paso?

Con el tiempo veo que fue un acto muy valiente, y muy necesario por mi situación personal. Me fui de Granada a Madrid huyendo de una situación de violencia de género que pude superar. Dar ese paso de ir a Madrid y poder expresarme y vivir de la música... Fue un comienzo duro, pero con recuerdos muy dulces y tiernos. Tuve la suerte de conocer a Manu Chao, de la que era súper fan, al llegar a vivir allí, y en esa primera etapa conocí a mucha gente que luego ha sido clave a lo largo de toda mi vida. Tengo un recuerdo muy tierno y cariñoso: la mente se encarga de archivar los recuerdos no tan buenos y realzar lo bonito. Hace unos tres años volví a Granada y veo un movimiento circular de la vida. Estoy agradecida por aquel momento, y por el de ahora: siempre estamos de alguna manera renaciendo y empezando de nuevo con cada proyecto, cada álbum, cada gira.

Sobre su experiencia de violencia de género escribió un libro, La niña y el lobo, y lo convirtió en 2020 en un álbum de música, señalando que era el primer volumen. ¿Cuándo llegará el segundo?

Hay un listado de canciones que quedaron reservadas para un segundo volumen, pero no me ha sido posible ponerme con el proyecto porque he estado con la producción de Himnosis colectiva, luego empecé con el álbum Mujer indígnena de Sara Curruchich que hemos publicado con el sello Mamita Records, y ahora empezamos a tocar. Algún día llegará el proyecto.

En paralelo con el disco publica su libro Metanoia, que define como una guía práctica para la toma de consciencia.

Es una guía práctica para entrar en contacto con herramientas que puedan servir para pararte, hacer una revisión de dónde estás, para donde vas, qué puedes hacer con cosas que pasaron y que quizás no están curadas o patrones que se siguen repitiendo... Se trata de poner al servicio de la gente lo que yo estudio, me apasiona y practico: un camino que comencé hace mucho. En mis canciones hay referencias a ello, pero pensé que este libro iba a ser una herramienta más fuerte para el que quisiera entrar en este tema. El libro lo vendemos solamente a través de nuestra tienda online de Mamita Records (mamitarecords.com), pero la gente se lo puede descargar gratuitamente en la web de Amparanoia (amparanoia.com).