Pasada la una de la tarde, a Belén Noriega, del puesto mariscos Longueira, de la plaza de Lugo, le quedaban solo “dos piezas” de centolla y eso que había comprado 40 kilos. A Ángela Barrán, de Mariscos Dory, en San Agustín, le quedaba solo una y ningún buey. Los últimos los mandó a Cádiz. Ambas están de acuerdo en que los clientes llegaron ayer a sus puestos “con ganas”, con ganas de probar la centolla y también de ir comprando marisco para Navidad. Barrán indica que haber esperado quince días más hubiese mejorado la calidad de las centollas porque les daría tiempo a llenarse aunque asegura que ya hay piezas muy buenas y que estarán mejor con el paso de los días, cuando el mar se “revuelva” un poco más. El precio de las centollas osciló ayer entre los 18 y los 25 euros, según el tamaño de los ejemplares y también si habían sido extraídos con nasas o en las piedras.

La centolla y el buey vuelven a las plazas desde 18 euros hasta 25