Entrevista | Beatriz Echevarría Doctora en Desarrollo Psicológico, Aprendizaje y Salud

“Para una formación integral hay que trabajar lo académico y lo emocional”

“Uno de los factores tras el ‘bullying’ es la falta de habilidades sociales”

La doctora en Desarrollo Psicológico Beatriz Echeverría.   | // LA OPINIÓN

La doctora en Desarrollo Psicológico Beatriz Echeverría. | // LA OPINIÓN / Enrique Carballo

Enrique Carballo

A coruña

Beatriz Echevarría acaba de doctorarse en el programa de Desarrollo Psicológico, Aprendizaje y Salud de la Universidade da Coruña. Para realizar su tesis, impartió clases de educación socioemocional y resolución de conflictos en cuatro colegios coruñeses, públicos, privados y concertados, usando un peluche y juegos para enseñar a los niños a identificar y comprender sus propios sentimientos, gestionarlos y resolver sus desavenencias. Utilizó como metodología el programa CODIP-R.

¿Por qué le interesó?

Porque afrontaba el tema de las emociones y resolución de conflictos, que en el colegio no se aborda de forma curricular. Hice un trabajo piloto en un máster, y luego, con mi directora de tesis, seguimos ampliando el proyecto en cuatro centros de A Coruña. Queríamos ver qué resultados tenía su aplicación.

En el programa hace la primera presentación un peluche, luego hay juegos de rol en los que los niños se ponen en situaciones o resuelven historias. ¿Es más útil que dar una charla convencional?

Queríamos emplear el juego no competitivo: que los niños interactuasen entre ellos y con la mascota, que en este programa tiene un papel fundamental. Sin Pancho [un oso hormiguero que guía las sesiones] no sería lo mismo: los niños establecen una conexión emocional con él que es muy importante al desarrollar las dinámicas. El programa se fundamenta en el juego para darle otro tipo de experiencia a los niños. No solo cubrir fichas, o escuchar, sino interactuar, y a través de eso lograr experiencias.

Trabajó con niños de seis años. ¿La educación socioemocional es especialmente importante en esas edades tan tempranas?

En general es importante trabajarla, junto con la resolución de conflictos, en todas las edades. Pero en edades tempranas, como en este trabajo, es una forma de prevenir problemas de violencia, acoso escolar, bullying, conductas disruptivas... Se trata de capacitar a los niños para que se sepan desarrollar en ese ámbito. Está muy bien trabajar lo académico, pero la conjunción entre lo emocional y lo académico lleva a una formación integral que permite a un mejor desarrollo en el futuro. Académico y social.

¿Detrás de los niños que realizan o sufren bullying hay falta de competencias socioemocionales, para resolver sus conflictos?

El problema del bullying es muy complejo y atiende a muchos factores, pero uno de ellos podría ser la falta de habilidades sociales. Por detrás hay muchos componentes, como los sentimientos como la envidia o los celos. El componente socioemocional está muy relacionado con conductas de bullying, y sí se podría atajar desde este tipo de programas.

En la tesis señala que con el programa se incrementó la capacidad de los niños para aceptar emociones desagradables.

Antes de aplicar el programa los niños eran muy poco capaces de identificar emociones. Cuando les preguntabas cuáles conocían, respondían: “Ir a un cumpleaños”. Decían situaciones que les generaban emociones, pero no sabían concretar qué emociones eran. Con el programa aumenta muchísimo la alfabetización emocional. Y se habla de emociones negativas o positivas, pero no son ni buenas ni malas.

¿Es decir?

En un primer momento, los niños pensaban que no se podían permitir sentirse tristes o enfadados. En el programa vemos que no debemos frenar las emociones, independientemente de que sean agradables o desagradables; otra cosa es cómo se gestionan. Se dieron cuenta de que podían permitirse sentirlas, y no aplicaban ese plus de prejuicio, ese “no podemos sentirlas”, cuando eso es inevitable. Podemos sentirlas, pero a ver cómo trabajamos con ellas.

En el programa también trabajaron la resolución de problemas.

También hubo resultados positivos. Tras el programa, los niños conseguían elaborar un mayor número de soluciones a un problema, y además eran mucho más ricas en contenido, más creativas.

Señala en su tesis que tiene que haber un entorno propicio en el centro para realizar el programa.

Trabajar contenido de educación socioemocional en el aula es complicado por dos cosas. Primero, porque hay una cierta moda de hablar de lo socioemocional, y al ser una moda parece que está vacío. Un hándicap que nos encontramos es el pensar que trabajar contenidos de este tipo es algo pasajero, que no tiene sustento teórico. Hay que romper esa barrera, pasar de la moda a lo que está teóricamente sustentado. El otro hándicap es que, al no ser formación que está reglada, que está en el currículum, trabajarla responde a la buena voluntad de los colegios, orientadores, directores... Y sobre todo, del profesor, que tiene que tener flexibilidad para trabajar este tipo de contenidos. Si no se compromete con ello es complicado.

¿Lo va a aplicar a otros centros?

El proyecto está abierto, pero se tendrían que dar las condiciones adecuadas.

¿Realizar este programa quita tiempo a otras asignaturas?

Uno de los puntos fuertes del programa es que es una intervención breve: seis sesiones de 50 minutos. No interrumpimos el ritmo escolar: hicimos una sesión a la semana, normalmente en el espacio de tutoría. Y no sobrecargamos al profesor, ya que lo aplicamos nosotros.

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