El informe elaborado en 2020 por un grupo de trabajo liderado por el Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses y encargado por el Concello para analizar la retirada de la simbología franquista propone quitar los nombres de Alfonso Molina y Barrié de la Maza del callejero coruñés, además de retirarles los honores que en su día se les concedieron tanto a ellos como a otros trece cargos relacionados con el levantamiento militar y el régimen franquista. El documento, que adelantó ayer Radio Coruña, sigue la Ley de la Memoria Histórica y analiza 14 calles dedicadas a personajes que tuvieron relación directa con el franquismo. Concluye que, aunque algunos beneficiaron el desarrollo económico y urbanístico de la ciudad, pudieron “tener graves implicaciones con la sublevación y la represión”. Sus autores son Ana Romero, como directora, y Luis Lamela, Segundo Saavedra y Carmen Martín. El Instituto José Cornide, desde su Secretaría, asegura que el documento está pendiente de aprobación por la entidad y que existen opiniones divergentes sobre algunas de las conclusiones plasmadas en él. De momento, el Concello no ha realizado ningún cambio en el callejero.

Alfonso Molina. Francisco Franco lo nombró alcalde de la ciudad en mayo de 1947, cargo en el que se mantuvo hasta 1958, cuando falleció. Su papel como presidente de la Cámara de la Propiedad de A Coruña, según el informe, lo implica “directamente” en actividades represoras, pues participó en procesos de depuración laboral. Los estudios señalan que intervino en las gestiones para la adquisición del pazo de Meirás para la familia Franco y “favoreció la recaudación” iniciada para su donación. Se propone retirarle el título de Hijo Predilecto y la Medalla de Oro de la ciudad, además del cambio el nombre de la avenida y retirar el monolito colocado en Puerta Real y su retrato, que se encuentra dentro del Ayuntamiento.

Pedro Barrié de la Maza. El Conde de Fenosa, título que le concedió Franco en 1955, fue uno de los “empresarios gallegos más destacados del periodo franquista”. Este documento señala que Barrié de la Maza hizo “importantes donativos al ejército sublevado” durante la Guerra Civil y participó en la depuración de personal del Banco Pastor, del que era director. Ese “apoyo” a los sublevados y la “represión de trabajadores” llevan a este grupo de trabajo a pedir que se cambie el nombre de su calle y que se le retire el título de Hijo Predilecto, así como quitar su retrato de María Pita.

José Calvo Sotelo. Su asesinato en julio de 1936 no le exime de figurar en la lista. Abogado de Estado desde 1916, los expertos apuntan que su carrera política “cobró relevancia en la dictadura de Miguel Primo de Rivera”. Se exilió con la Segunda República, pero en París entró en contacto “con ideólogos del autoritarismo nacionalista monárquico”. A través de la prensa y de sus discursos atacó a la República y se convirtió “en el indiscutible portavoz de la ultraderecha y el antirrepublicanismo”. Fue asesinado con un tiro en la cabeza y, aunque no participó directamente en la sublevación militar ni en la represión franquista, hay estudios que lo sitúan en la organización de la trama golpista que desencadenó la Guerra Civil. Por ello se pide quitar su nombre de una calle próxima a Riazor, retirarle la Medalla de Oro y los títulos de Hijo Predilecto e Hijo Adoptivo, y descolgar su retrato.

Sergio Peñamaría de Llano. También fue alcalde de la ciudad, entre mayo de 1960 y junio de 1963, periodo en el que “colaboró con la familia Franco para la adquisición del palacio de Cornide”. Participó “de forma activa” en la Guerra Civil, recoge el informe, que apunta también que contribuyó “a la represión física desde la fiscalía de la VIII División Orgánica”. Actuó en varios consejos de guerra. En el pleno de la semana pasada, PSOE y PP votaron en contra de una moción del BNG que propuso retirar honores y distinciones al regidor franquista. Los expertos proponen eliminar su nombre a la calle de O Ventorrillo y retirar su retrato del Palacio municipal.

José Pérez-Ardá y López-Valdivieso. Su firma aparece en el pergamino entregado a Franco con motivo de la donación del pazo de Meirás. Miembro de “la Vieja Guardia”, fue alcalde de A Coruña en tres etapas diferentes. Sus reconocimientos, dice este estudio, llegaron “por su participación en el proceso del triunfo de los franquistas y su participación en la represión física de los republicanos”. Se insta al Concello a sustituir el nombre de la avenida Alcalde Pérez Ardá y quitar el monolito situado frente a la piscina de Riazor, además de los dos retratos que hay en el Ayuntamiento.

Enrique Salgado Torres. Falangista de la Vieja Guardia, participó en el control de la retaguardia colaborando con las fuerzas del orden y se presentó como voluntario para luchar en el frente de Asturias. Vinculado a la Diputación, “participó en la represión laboral de los profesionales de la Enseñanza”, por lo que, concluye el informe, se debe quitar su nombre a la avenida que sigue a Ramón y Cajal y al aparcamiento público que ahí se encuentra. También pide retirarle la Medalla de Oro de la ciudad.

Fernando Álvarez de Sotomayor y Zaragoza. Cuando se proclamó la Segunda República era director del Museo del Prado. Dimitió en 1931 porque no estaba dispuesto a seguir bajo las órdenes del nuevo Gobierno. El grupo liderado por el Instituto Cornide recuerda que Sotomayor, que también fue alcalde, donó dinero a las fuerzas sublevadas y “colaboró intensamente con las autoridades civiles y militares franquistas”. Ofreció su finca para instalar una escuela de adoctrinamiento falangista y propuso Meirás como el pazo para los Franco. Es candidato a que se le retire el título de Hijo Adoptivo. Piden que se quite su nombre a la plaza de Panaderas y su retrato del Ayuntamiento.

Benito Blanco-Rajoy Espada. Fue decano del Colegio de Abogados y aunque no tuvo cargos políticos, el informe señala que participó en la “depuración ideológica” de colegiados y empleados de la entidad. Proponen que su nombre desaparezca de la calle situada entre Fernández Latorre y Alcalde Marchesi.

Diego Delicado Marañón. Participaba en actos y actividades sociales o políticos de falangistas y desempeñó cargos de “máxima relevancia” en la dictadura. Franco le concedió la Orden del Mérito Civil. Se pide quitarle el nombre a la calle que se le concedió en 1971, así como quitar su retrato y el título de Hijo Adoptivo.

José Fariña Ferreño. Apuntan los expertos que en la primavera de 1936 ejerció de “enlace entre golpistas y el general Sanjurjo”. Además, participó de forma activa en la represión de ciudadanos a través de los servicios de la delegación especial para la información de residentes en territorio liberado en la España de la Guerra Civil. Da nombre a una calle en Os Castros que se solicita que se retire. También las medallas de Plata y Oro que se le concedieron.

Ambrosio Feijoo Pardiñas. Presidió varios consejos de guerra, aunque en julio de 1936 ya se había retirado. El Instituto Cornide apunta que participó “en la represión en A Coruña y Asturias” durante la Guerra Civil, suficiente para que retire su nombre del callejero coruñés.

Eduardo Ozores Arraiz. Capitán de Artillería, lideró ataques contra el Gobierno Civil en julio de 1936. Fue abogado defensor en varios consejos de guerra y nombrado alcalde en 1946. Los expertos piden que se retire su nombre a la calle que hay junto a la avenida del Ferrocarril por participar “activamente” en la sublevación y en la guerra. Además, que se quite su retrato de María Pita.

Antonio Ponte Anido. Como soldado, luchó en el bando franquista durante la Guerra Civil. El Concello puso su nombre a una calle “no para honrar su memoria sino para magnificar y mantener en el recuerdo la División Azul creada por Franco”. Se propone sustituir el nombre de su calle.

Eduardo Sanjurjo de Carricarte. Fue teniente de alcalde cuando Álvarez de Sotomayor dirigía desde María Pita, aunque logró llegar a regidor en 1963. Este informe asegura que apoyó a los sublevados en la Guerra Civil y participó “en varios tribunales militares”, por lo que pide quitarle la Medalla de Oro y retirar el busto que hay junto a San Agustín. Además, solicita sustituir el nombre de la calle que hay en Monte Alto.

El Concello convoca al Consello de Memoria Democrática tras desvelarse el documento

El Concello convocó al Consello de Memoria Democrática ayer, después de que se desvelase el contenido del informe encargado hace más de un año para analizar la simbología franquista de la ciudad. El documento y la no actuación municipal han enfadado a la oposición. Marea Atlántica opina que es un “escándalo” que el Ejecutivo local tuviese este informe “y no lo compartiese”. En cuanto lo supo, Marea registró una solicitud para acceder a la documentación. La contestación, según informa, fue “la convocatoria del Consello y el envío del documento”. “Algo que tendría que haberse hecho hace un año”, protesta. También el BNG, que llevará el asunto al próximo pleno, acusa al Concello de “ocultarlo”. Critica, además, que el PSOE votase en contra de la moción para retirar honores a Peñamaría de Llano si ya contaban con este informe.