En todos los lugares en los que vivió Pablo Saco siempre intentó hacer sesiones espontáneas de música. Baja su set de DJ a la calle, con dos platos, dos altavoces y la mesa y se pone a pinchar. Como se ha mudado a la avenida de Oza hace poco, ha decidido hacerlo también ahí, así que, el pasado viernes, tiró cable por la acera, lo subió por la fachada de su casa hasta la ventana y pinchó durante un par de horas. Lo hace por “afición”, porque le gusta, no pide dinero ni tiene nada a la venta, solo quiere poner música y que vecinos y comerciantes disfruten de ella. No le gustan las etiquetas pero reconoce que lo que más suena es rap, así que, va combinando las canciones de sus discos para crear la sesión.

Asegura que, cuando baja a la calle, no lleva nada pensado porque, en esas ocasiones, “no suele salir bien”, sino que va dejando que todo fluya, sin restricciones, tal es la improvisación que no tiene una lista con los discos que le gustaría utilizar, los coge de su colección justo antes de bajar. Esta fue la segunda semana que se animó a bajar a la avenida de Oza y asegura que lo seguirá haciendo los viernes por la mañana mientras pueda, ya que se tienen que conjugar varios factores, entre ellos, el más importante: que no llueva. Por ahora, casi todos los comentarios que ha recibido han sido positivos, así que, seguirá mezclando estos discos que se sabe casi de memoria, por el gusto de pinchar música, algo que lleva haciendo más de diez años.