Nacida en Buenos Aires de padres emigrantes, criada en Arou (Camariñas) y asentada en A Coruña, la cantante Belém Tajes ha pasado por varios grupos, como Vudú o Luar na Lubre, durante la gira del 30 aniversario. Ahora está trabajando en un proyecto personal, el disco Costa da Morte, en el que mezclará influencias latinoamericanas y gallegas, pop y folk, música en castellano y gallego. Mañana a las 21.15 horas actuará en Mardi Gras, acompañada por Cibrán Seixo y Nico Vieites, dentro del ciclo patrocinado por la Xunta Música en salas.

¿Cómo se decidió a crear un proyecto protagonizado por usted?

A las integrantes de Vudú la vida nos llevó a distintos sitios, y era el momento perfecto para sacar algo muy personal. Yo nací en Buenos Aires, y necesitaba reconectar con mis raíces. Hice mi primer tema en castellano, Pájaro Negro, y a raíz de esa canción empezaron a salir todas.

Sacó Noite de lúa, versión en gallego del bolero de Machín, Comarea, con sonidos latinos....

Al nacer allí, la música de mi infancia, que escuchaba en casa, era de los grandes artistas de la música latinoamericana. Era muy lógico empezar a buscar esa música, y a sentirme bien cantándola. Y, aunque estoy muy cómoda en el folclore tradicional de Galicia, me gustan muchísimo las fusiones. Es algo muy natural para los gallego. En una ciudad como A Coruña, con tanta gente fuera, es inevitable que te mezcles con lo que hay por el mundo. Yo tengo un hermano en Suiza, mis abuelos fueron emigrantes... A la hora de hacer un proyecto personal, miras lo que tienes dentro, y yo quería ser lo más honesta posible. Costa da Morte tiene la idea de mezclar dos orillas, donde nací y donde me crié.

¿Cuándo saldrá?

Estamos grabando poquito a poquito, y en los directos vamos viendo lo que necesitan las canciones y lo que les sobra. Nuestra idea es acabar el año con los conciertos que tenemos programados. Luego grabar los temas con esa energía, y presentar algo con un formato un poco más grande para el nuevo año.

Toca con el violinista Cibrán Seixo y el guitarrista Nico Vieites.

Seixo también lleva un bajo pedal y aporta muchos efectos, y Vieites explora atmósferas que congenian genial con las canciones. Más que un concierto, nuestro espectáculo genera una sensación: las canciones van haciéndose grandes o pequeñas en función de la atmósfera que vamos consiguiendo.

¿En el recital de mañana habrá temas de otros proyectos?

Haremos un poco de todo. Recuperaremos temas de Vudú, arregladas, otras que formarán parte de Costa da Morte, y habrá invitados e invitadas sorpresa.

¿Cómo llegó a la música?

En mi casa se cantaba mucho, y la música me hacía sentir muy bien. Me profesionalicé con Lúar na Lubre, y luego continué.

Es musicoterapeuta. ¿Le ha aportado como artista?

Es inevitable. Al hacer música, también estás haciendo terapia: a mí la música me ha curado muchos males, y me ha ayudado muchísimo en situaciones en las que necesitaba un extra. Últimamente estoy haciendo ejercicios de creatividad, en los que escucho la instrumentación de una canción que desconocía, y escribo lo que dice. Luego cotejo con la letra y veo qué relación tiene; muchas veces coincide. La música tiene para mí un componente incluso religioso: te secuestra y te lleva a un nivel superior. Hay un momento en la música tradicional en el que algo se te despierta dentro, algo que conecta con algo muy profundo, que viene de nuestras raíces, de afirmar quién somos. Como musicoterapeuta trabajé sobre todo con primera infancia y neonatos, y es muy bonito ver las reacciones que provoca la música en los bebés. Hay un poder muy fuerte cuando hacemos música, y también cuando la escuchamos.

Cuando salió de Lúar na Lubre afirmó que no estaba de acuerdo con cómo se trabajaba. ¿Cómo fue renunciar a un proyecto tan grande?

Cuando entré sabía que iba a estar tiempo indefinido pero relativamente corto. Ellos no estaban buscando una figura de cantante singular que hablara por el proyecto, como ya habían tenido. Estaban buscando colaboradoras, gente que se sumaba a una gira y luego ya se vería. Yo era muy fan del grupo y la experiencia fue un poco decepcionante, a veces. No conectamos demasiado, no sé si por la diferencia de edad o por la admiración a esas personas hizo que las idealizara demasiado. Pero aunque duró muy poquito, y no acabó demasiado bien, siempre voy a estar agradecida de que me llamaran para una gira tan importante como la del 30 aniversario, en la que canté sus temas más importantes.