El National Bureau Investigation (NBI), el servicio de investigación de casos criminales de alto nivel del país —similar al FBI americano— presentará alegaciones a las declaraciones de los tres policías filipinos investigados por la muerte del coruñés Diego Bello enero de 2020. Los tres agentes cuentan la misma versión de los hechos, sin fisuras y niegan que sean culpables de los hechos que se les imputan: homicidio, depositar pruebas y perjurio.

Los tres defienden la misma visión de los hechos: que Diego Bello era el mayor traficante de droga en la región y que acordaron hacer una operación encubierta para arrestarlo. Para ello, hicieron que quedara con un hombre para venderle estupefacientes y ellos le siguieron desde su puesto de trabajo.

A la señal del presunto comprador —dejar caer su móvil al suelo—, ellos decidieron acercarse al joven, pero él se dio cuenta de que era una encerrona y, según sus declaraciones, cogió un arma y disparó contra ellos ignorando sus advertencias de que no se moviese y de que eran policías. Según el testimonio de los tres agentes, se vieron “forzados” a dispararle para defenderse.

“Le dijimos: ‘Policía, somos agentes de Policía, no se mueva’, sin embargo, el sospechoso no escuchó nuestra llamada. En su lugar, él nos disparó otra vez. Entonces, corrió en dirección al muro y lo saltó y nos disparó una vez más. Inmediatamente, nosotros nos dirigimos hacia el otro lado del muro y le vimos ya tirado en el suelo. Entonces, le grité a mis hombres que detuviesen el fuego. Le grité al sospechoso que tirase su pistola”, cuenta el oficial Vicente Panuelos. La misma versión que sus compañeros, a las que ha tenido acceso este diario. “Lamento profundamente lo sucedido con el sospechoso, pero cuando le disparamos fue porque estábamos defendiendo nuestras vidas de sus disparos”, dice también Panuelos.

La investigación del NBI concluye, sin embargo, que el último disparo fue de uno de los agentes, Nido Boy Esmeralda Cortés, ya que recuperó del lugar en el que fue hallado el cuerpo de Diego Bello un casquillo de una bala que salió de su arma reglamentaria. El informe desmiente también la presencia de Diego Bello las listas de traficantes. El abogado coruñés Guillermo Mosquera, que representa a la familia de Bello, junto al despacho madrileño Ollé Sesé, considera que los tres agentes pactaron su declaración, ya que es “casi un copia y pega”, y cree que, además, la hicieron coincidir con algunos de los puntos del informe del NBI y del realizado por la Comisión de Derechos Humanos, pero “a la inversa”. Justifican los disparos diciendo que fue Bello quien les atacó primero al darse cuenta de que le habían hecho una emboscada, aunque las pruebas apuntan a que los hechos no transcurrieron tal y como ellos relatan. Tampoco los testimonios de los testigos, que aseguran que se despertaron con los disparos y que no escucharon antes las voces de advertencia de los agentes. “Ninguno se intenta librar de la culpa ni incrimina a otros. Dicen todos lo mismo. El primer informe que hicieron era de una carilla y no ponía nada de lo que ahora dicen”, explica Mosquera como un indicio de que su versión está pactada.

El NBI tiene ahora hasta el 29 de noviembre —este lunes— para presentar sus alegaciones a estas declaraciones, después, los familiares de Diego podrán aportar también sus conclusiones. Una vez finalizado este periodo, según explica Mosquera, los acusados tendrán otro turno de réplica. El National Prosecution Service (un órgano similar a la Fiscalía española) decidirá si ve causa probable para que el procedimiento pase a la Corte. Entonces, un juez examinará de nuevo las pruebas y, si considera que merece llegar a juicio, será cuando abra la vista y, según comenta Mosquera, emita la orden de detención contra los implicados, que es, para la defensa de Bello, una de las partes más importantes del procedimiento, que los policías sean arrestados. Mosquera calcula que sabrán “a principios de año” si el caso sigue o no adelante. La familia de Bello recauda fondos para su defensa con la venta de ropa de la marca que él había creado, Mamonsurfco, y también con la venta de discos.