La empresa que debe ejecutar la ampliación del campo de fútbol de Eirís, la instalación de su césped artificial y la construcción de gradas y vestuarios, Arias Infraestructuras, solicitó hace algo más de dos meses la anulación del contrato del que fue adjudicataria un año antes. Las actuaciones previas, iniciadas a mediados de marzo después de que Patrimonio de la Xunta autorizase el proyecto de control arqueológico, duraron apenas un mes; desde entonces, el Concello, que informó en más de una ocasión de que las obras se retomarían, requirió dos veces a la empresa que las reiniciase, una de ellas después de reclamar Arias la resolución del contrato. Un mes después, el área municipal de Deportes le abrió un expediente sancionador.

Este documento concedía a Arias Infraestructuras el plazo de cinco días hábiles para presentar alegaciones contra la imposición de sanciones, cuyo importe asciende a 53.853 euros, la cantidad equivalente al 5% del precio del contrato sin el IVA, adjudicado por algo más de un millón de euros. Ese periodo ya ha transcurrido y el Concello, consultado por este periódico, no aclara si la encargada de las obras ha alegado. Tampoco la empresa ha querido aclararlo.

Arias atribuye a causas no imputables a la empresa la solicitud de resolución de contrato, según recoge el expediente sancionador abierto por el Concello en septiembre, que apunta que la petición de la adjudicataria no señala si las obras las había reiniciado después del primer aviso que le trasladó la administración local. La adjudicataria adujo en los últimos meses que no ha cumplido el contrato por el encarecimiento de los materiales necesarios para la obra, mientras que el Concello, en octubre, no descartó licitar de nuevo el proyecto ante las dilaciones que acumula.

Las obras del campo de fútbol de Eirís son una demanda de los vecinos de la zona y del fútbol base coruñés. Entraron en una campaña electoral de la mano del BNG en 2007 como proyecto de remodelación, antes de que se constituyese el Gobierno bipartito, y se recuperaron al comienzo del mandato del PP en 2015, cuando el Ejecutivo anunció que el campo sería adaptado para poder disputarse allí competiciones oficiales. Marea Atlántica retomó la iniciativa al gobernar, pero hallazgos arqueológicos la ralentizaron. Las obras, que pagará Estrella Galicia a cambio de la ampliación de su fábrica en la superficie que antes ocupaba el campo de fútbol de Agrela 2, iban a comenzar en el mandato actual, pero su paralización las cubre ahora de incógnitas, y el grupo municipal del PP ya ha calculado que el retraso supondrá un aumento de su coste de entre el 20% y el 25%.

El plazo de ejecución previsto era de ocho meses, que empezaron a contar el 18 de marzo pasado. El primer contratiempo no tardó en surgir, menos de un mes después: una vecina del núcleo de Lamadosa se negó a cerrar un camino por el que debía introducirse maquinaria ya que aseguraba que una parte era de su propiedad, lo que motivó solicitar a Patrimonio la ejecución de un viario provisional para el acceso al lugar. A finales de agosto el Concello respondió a las primeras alegaciones de Arias por la suspensión de las obras asegurando que ya no había circunstancias que justificasen su paralización, por lo que la instaba a realizarlas. Pero dos semanas después la empresa solicitó al Concello resolver el contrato, postura que ha derivado en la apertura del expediente sancionador y ha dejado la obra en el limbo.