David Baena y Mónica Beguer, de los estudios BCQ Arquitectura Barcelona y Territoris XLM, son los redactores del plan director del Barrio de las Flores, Baena estuvo ayer en la ciudad para recorrer con sus vecinos las calles y los bloques del barrio y para compartir ideas y debatir sobre cómo debe ser este enclave de ahora en adelante porque, según explicó ayer, con este documento tienen la oportunidad de crear el barrio de los “próximos cincuenta años”.

A Xonxa, que tiene seis años, y a su hermana Manuela, de ocho les gusta su mucho su barrio y tienen claro qué harían para mejorarlo: “plantar más árboles” y “cuidar más el parque”.

Los mayores, los que se criaron en el Barrio de los Flores y lo vieron cambiar al mismo ritmo que lo hacían ellos, tienen claro que no quieren que el barrio pierda su estructura ni todo lo que lo hace diferente.

“Las calles no tienen salida y los coches no llegan al centro y eso tenemos que mantenerlo porque es muy seguro para los niños”, comentaba ayer Lola, que reivindica también el cuidado de los árboles y de las zonas verdes que tiene la zona. “Este parque nos da la vida, porque nos da sombra y en verano, esto está lleno de niños y de personas mayores, pero no recuerdo que hayan podado nunca los árboles”, decía ayer otro de los vecinos que participó ayer en la ruta por el barrio.

Para Catuxa, como para otros muchos residentes en el barrio, es importante mejorar la accesibilidad, ya que hay muchos edificios sin ascensor y muchas dificultades para poder moverse por el barrio si hay que hacerlo en silla de ruedas, con muletas o con un carrito, ya sea de bebé o de la compra. También necesitan mejorar la eficiencia energética en sus viviendas y habilitar plazas de aparcamiento ordenadas.

Saben que suspenden en muchas cosas, que su barrio fue diseñado en los años sesenta, con criterios que ahora están superados, pero tienen claro también que sobresalen en muchas cosas, entre ellas, en el “arraigo” y en el orgullo que sienten por haberse criado en un sitio en el que no se orientan con los nombres de las calles, sino por los números de los bloques y en el que tienen que pedirle permiso al cura para hacer reuniones en la iglesia porque es el local más grande que hay en todo el barrio, y en el que pueden convertir en una auténtica romería la iniciativa de unos comerciantes de hacer un mercadillo en la plaza.

Paula y Carolina, que también participaron ayer en la ruta, apuntan también a la necesidad de que el barrio cuente con más servicios, como un centro cívico, una biblioteca y a que las infraestructuras que actualmente están en el barrio aporten algo a su día a día, por ejemplo, que hubiese bonificaciones para que los vecinos puedan utilizar las instalaciones deportivas.

El arquitecto David Baena explica que el plan director abordará el barrio desde tres puntos de vista: “El barrio y su entorno, los problemas de permeabilidad que tiene con el resto de la ciudad, el problema de la accesibilidad, de mobiliario urbano, de iluminación, de actividad en el espacio público y, también, de la edificación, desde el punto de vista de las mejoras que se tienen que hacer en los edificios porque la mayoría de los bloques no tienen ascensores y la gente no puede acceder a las viviendas y los problemas de energía y sostenibilidad”.

Defiende Baena que hay que crear un “marco general” para ir actuando, con prioridades y urgencias. “Es un barrio muy grande y muy denso, con un potencial bestial, que se ha de mantener, hay un sentimiento de barrio muy fuerte, se han superado una serie de problemas de drogas y delincuencia y se ha pacificado mucho. Los que están quieren mucho al barrio y es un barrio con una población envejecida y se tiene que ajustar. Hacerlo todo de golpe siempre es un problema, por eso hay que establecer criterios y no se pueden hacer parches ni chapuzas.”, explicaba ayer el arquitecto, en este encuentro que forma parte del proceso participativo del plan director.

Para poder mejorar la accesibilidad en las viviendas es importante actuar en el exterior, así que, la pregunta es obligada: ¿Habrá que desprenderse de las escaleras que hay en el Barrio de las Flores y que conectan las calles y los bloques para hacer rampas o para facilitar el paso? y Baena admite que sí, que habrá que “cargarse muchas escaleras si el barrio quiere ser accesible” y apunta que, además, habrá que potenciar “la relación del centro del barrio con los nodos principales y con los barrios que lo rodean” y que, para ello es imprescindible “eliminar las barreras de una manera no puntual sino atendiendo a un plan”. Para los redactores del plan es importante también invertir el concepto de una ciudad hecha para los coches, así que, el barrio del futuro —a falta de conocer los detalles del plan y cómo se acomoda en la normativa vigente— estará más pensada en la accesibilidad de los vecinos que en la de los vehículos privados.

Una vez finalizado este proyecto de intervención, el próximo verano, empezará la parte política y también la práctica, ya que, aunque el plan señale a qué subvenciones se pueden presentar y cuáles podrían ser las vías de financiación para ejecutar estas obras, no serán ellos los encargados de tramitarlas, sino, tal y como establecerán en el documento, una oficina municipal de atención a los vecinos.

Y no se puede hablar del Barrio de las Flores sin mencionar la Unidad 3, de José Antonio Corrales, una obra que es premio nacional de Arquitectura. “Está catalogada en el Docomomo [Documentación y conservación de la arquitectura y el urbanismo del movimiento moderno] y tenemos que ser muy respetuosos, pero no sin olvidar los problemas de la gente que vive dentro y cómo se relaciona esta unidad con el resto. Hay que poner en valor los espacios comunes que hay, los pasillos, las galerías, ver la manera de instalar ascensores... Es un tema más delicado de lo que parece”, comentaba ayer el arquitecto Baena.