La Concejalía de Medio Ambiente cuenta a menos de un mes de que se acabe el año con siete contratos que están en fase de prórroga o en precario. El primero y más cuantioso es el de la planta de tratamiento de residuos de Nostián, que caducó el 1 de enero del año pasado y que lleva aparejado también el contrato de los puntos limpios de Eirís y de la ronda de Outeiro, en Os Rosales, y el móvil, que recorre los barrios para recoger residuos que requieren un tratamiento especial. Albada gestiona ambos servicios que, actualmente están en funcionamiento, aunque en contra de la voluntad de la empresa adjudicataria, de modo que las facturas son extrajudiciales. En junio de este año expiró el contrato de mantenimiento y conservación de parques y jardines. El Gobierno local intentó ejecutar la prórroga de dos años a la que el acuerdo daba derecho, sin embargo, la concesionaria no quiso prolongar el servicio tanto tiempo, ya que considera que no es provechoso para sus intereses, de este modo, la concesionaria presta servicio actualmente de forma legal pero forzosa hasta que se adjudique el nuevo contrato.

También está cerca de la extinción la perrera municipal. El contrato con Servigal expiró en octubre —ya que se adjudicó en 2006 por un plazo de quince años—, aunque el pliego recogía el derecho a prórroga durante dos años más. Ya en enero del año pasado, la concejala coruñesa de Medio Ambiente, Esther Fontán, había anunciado que el Gobierno local no municipalizaría el servicio, tal y como le pedían las 43.000 personas que firmaron en la petición de la asociación animalista Libera! para que fuese el Concello el que se encargase directamente de este servicio y dejase de estar en manos de una empresa privada.

En cumplimiento de la ley autonómica de bienestar animal, el Concello tenía la obligación en 2019 de ampliar los fondos que le otorgaba a la concesionaria de la perrera municipal, ya que la normativa establece que no haya sacrificios en estas dependencias.

El contrato del servicio de vigilancia del monte de San Pedro, que se adjudicó en octubre de 2017 también está en precario después de que empresa y Concello agotasen la prórroga que contemplaban los pliegos de condiciones.

El alquiler de aseos químicos portátiles instalados en la calle caducó en noviembre de 2011, tras agotar la prórroga, y el acuerdo para el mantenimiento de los aseos públicos expiró ayer, también tras haber agotado la extensión del contrato acordada por Concello y empresa. En octubre de 2020 se terminó también el contrato de control de plagas. A pesar de que el Gobierno municipal podría haber ejecutado la prórroga, no lo hizo, de modo que Control de Plagas Andrade ejerce su labor en precario, hasta que Medio Ambiente adjudique de nuevo el servicio.

Preguntado por el estado de los contratos de lacería, parques y jardines y puntos limpios, fuentes municipales se ciñeron a responder que el servicio del punto limpio móvil y de los fijos funciona con total normalidad sin alteraciones para los vecinos.

Los puntos limpios están en continuación forzosa del contrato, al igual que la gestión de la planta. Los trabajadores indican que, a pesar de que los puntos limpios se adjudicaron a Albada después de la concesión de Nostián, estarán incluidos en el nuevo pliego que regule la gestión del servicio de tratamiento de residuos sólidos urbanos.

En diciembre de 2019, el Concello decidió intervenir durante ocho meses la factoría, ante la negativa de Albada de tratar la basura del Consorcio As Mariñas una vez caducase el contrato y de que amenazase con despidos. El Gobierno local confiaba en acabar de redactar los pliegos de condiciones para sacar a concurso la gestión de la factoría y regularizar su situación, sin embargo, pasaron los ocho meses —y el inicio de la pandemia— y se acabó el periodo de intervención municipal sin que se avanzase en la tramitación del documento, salvo para confirmar que el texto redactado no se ajustaba a las normativas europeas y estatales actuales y no estaría listo en este año.

El Gobierno local habló de regularizar la situación de la planta a través de un contrato puente, que tampoco sacó a concurso, por lo que, actualmente, y tras casi dos años desde que caducó el contrato, la concesionaria, Albada, está prestando servicio forzosamente. El mes pasado, el Concello encargó a una empresa la redacción de los pliegos de Nostián con la intención de que el que es el contrato más cuantioso del Concello, ya que roza los 300 millones, deje de estar en precario.

Hay otros grandes contratos, como el de la recogida de la basura y limpieza viaria o el mantenimiento de los jardines históricos el del mantenimiento del vertedero de Bens que sí han sido adjudicados ya.