La colaboración a la que desde finales de 2018 apelaron las administraciones para contribuir al desarrollo de la Ciudad de las TIC, la idea de un parque de empresas tecnológicas que entonces empezaron a promover la Universidade da Coruña (UDC) y el Clúster TIC de Galicia, quedó ayer plasmada, tres años después, en el convenio de cogobernanza firmado por las dos instituciones impulsoras del proyecto, el Concello, la Xunta y la Diputación. El acuerdo recoge la elaboración de un plan director del polo innovador en la antigua fábrica de armas y la creación de una estructura de gobierno mediante una sociedad pública que incluya a las administraciones y empresas involucradas, que se dan un año de plazo para cumplir estos objetivos.

Esos doce meses son el periodo de vigencia del convenio, que despega a la espera de que se adjudique la obra del primer edificio de la Ciudad de las TIC, el Centro de Servicios Avanzados (CSA), cuyos trabajos comenzarían en enero de 2022, según las previsiones apuntadas ayer por el presidente del Clúster TIC, Antonio Rodríguez del Corral. Su duración es de unos nueve meses, lo que situaría su inauguración a finales del próximo año, aunque la primera estimación lo hacía en el mes de mayo.

Otra instalación, el Galaxy-Lab, del Instituto Tecnológico de Galicia, pondrá en marcha un laboratorio dedicado a experimentar con drones para el transporte de mercancías y pasajeros en entornos urbanos y sus obras arrancarían en cuatro meses. A continuación, se rehabilitarían otras tres naves del complejo para las que, como en el CSA, ya hay espacios asignados a empresas que los solicitaron.

El plan director de la Ciudad de las TIC deberá recoger en ese año inicial de vigencia del convenio un plan estratégico con sus objetivos a corto y medio plazo, otro plan de gestión con el diseño de un modelo de negocio sostenible y la constitución de la nueva sociedad gestora del parque tecnológico que incluya a las diferentes administraciones y a las empresas implicadas en el proyecto. El rector de la UDC, Julio Abalde, matizó que en este órgano cada actor decidirá su forma de participación y cogobernanza.

“Estamos en el punto de inicio. Arrancamos con un proyecto de futuro para A Coruña y para Galicia”, resumió Abalde, quien desde finales de 2018 ha participado junto al Clúster TIC en la promoción del proyecto y las conversaciones entre administraciones y ha sido testigo de la concesión de parte de los terrenos de la fábrica de armas en febrero de 2020 y de los procesos para impulsar las primeras instalaciones, como el CSA y las naves en las que habrá laboratorios y espacios de coworking.

“Este es el primero de muchos pasos”, coincidió el vicepresidente segundo de la Xunta y conselleiro de Economía, Francisco Conde. “Es un proyecto prioritario para Galicia que aspira a contar con el apoyo del Gobierno central a través de los fondos europeos Next Generation”, añadió.

Por parte del Estado, el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, destacó que la Ciudad de las TIC supone el “refuerzo del compromiso de su administración con la ciencia, la investigación y la formación” y comparó “la fábrica de armas de entonces” con “la fábrica de herramientas digitales de hoy”.

La alcaldesa, Inés Rey, manifestó que la Ciudad de las TIC “convertirá A Coruña en el “gran polo tecnológico de Galicia”. “La posibilidad de que la ciudad sea líder en inteligencia artificial, robótica o big data nos abrirá la puerta a la digitalización del resto de la sociedad, incrementará nuestra competitividad e influirá de forma decisiva en la creación de empleo y la atracción de talento”, resaltó.

“Estamos sentando las bases de un proyecto estratégico”, dijo por su parte el presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, que apeló a trasladar este modelo de colaboración a la “política real, la que beneficia a las personas”.

El presupuesto para la ejecución del convenio es de 180.000 euros, de los que el Ayuntamiento aporta 75.600; la Xunta, a través del Igape, 36.000, la misma cuantía que la Diputación, mientras que la UDC, 30.600 y el Clúster TIC, 1.800 euros.

A expensas de la resolución de la licitación del CSA, que finalizó el 5 de octubre, están las empresas que ya tienen espacios adjudicados: Imatia, Cinfo, Enxenio, Odeene, Xoia, Tokiota, Dataspartan, Soslife7, Itelsis y el ITG. Además, Denodo pidió ocupar una nave entera.

Ayuda financiera del Estado para cuatro proyectos del Citic

Cuatro proyectos del Centro de Investigación en Tecnología de la Información y la Comunicación (Citic) de la Universidade da Coruña recibirán financiación en el marco de la convocatoria de Proyectos de I+D+i para la realización de Pruebas de Concepto del Ministerio de Ciencia e Innovación. Estas ayudas tiene como objeto evaluar, adaptar y mejorar ideas innovadoras antes de su salida al mercado y fomentar y acelerar la transferencia de conocimientos y resultados generados en proyectos de investigación que ya contaron con fondos de las convocatorias del Plan Estatal de I+D+i. El importe de financiación obtenido por el Citic a través de los cuatro proyectos asciende a 300.000 euros. Incremento de la productividad a través de la automatización serverless de la nube, de Juan Touriño y Guillermo López, se centra en el desarrollo de un software que permita avanzar la tecnología serverless, o computación sin servidor, para su adecuación como producto al mercado. Gaia4 Sustainability, de Carlos Dafonte y Minia Manteiga, aborda la contaminación lumínica analizando contribuciones al brillo natural del cielo y desarrollando un fotómetro basado en hardware y software libre. Sigtrans, de Nieves Brisaboa, desarrolla una herramienta web para facilitarle a los gestores del transporte público el análisis del comportamiento de la ciudadanía y la toma de decisiones en el servicio. Y LATCity-POC, de Miguel Rodríguez Luaces y Susana Ladra, pone en marcha una aplicación para ayudar a personas con diversidad funcional a encontrar su mejor ruta urbana evitando obstáculos y barreras de accesibilidad. La jornada Comunidades Energéticas Locales, celebrada ayer en el Instituto Tecnológico de Galicia, giró en torno a tres claves: casos de éxito en Galicia, herramientas de financiación y retos futuros de la tecnología. Una de las conclusiones fue que las comunidades energéticas locales de producción renovable son elementos claves para la transición energética.