La plaza de María Pita tiene restaurantes y cafeterías para elegir donde comer, cenar o tomar un refresco o un café a cualquier hora del día. Los establecimientos están en los soportales de tres de los cuatro lados de la plaza. Sin embargo, un grupo de diez personas decidió ayer tomar el centro de la plaza, junto a la estatua de la heroína de la ciudad, para montar su propio comedor. Sentados en los escalones o en alguna silla plegable, estas personas sacaron mantel, platos, cubiertos, comidas y bebidas para hacer un pícnic a la hora de comer. Un coche de la Policía Local pasó a su lado mientras digerían alimentos como si estuvieran en el campo o la playa y siguió su ruta.