El escultor coruñés Enrique Tenreiro se sienta este viernes en el banquillo de la Audiencia Provincia de Madrid acusado de un delito contra la libertad de conciencia por la pintada que hizo en 2018 sobre la tumba de Franco, por la que la Fiscalía pide para él un año de prisión y que indemnice a Patrimonio Nacional. El artista de A Coruña pintó una paloma de la paz sobre el sepulcro del dictador en el Valle de los Caídos.

La Sección Primera de la audiencia madrileña juzgará a Tenreiro por aquella acción llevada a cabo el 31 de octubre de 2018 en el Valle de los Caídos, donde el artista coruñés se dirigió a la tumba del dictador y vertió sobre ella pintura roja, dibujó una paloma y escribió "Por la libertad", como grabó en ese momento y difundió en redes sociales el fotógrafo Pedro Armestre.

Inmediatamente fue retenido por el personal de seguridad y arrestado por la Guardia Civil, y desde ese momento recibió tanto muestras de apoyo como insultos y amenazas.

El Ministerio Público considera que Tenreiro incurrió en un delito contra la libertad de conciencia, ya que llevó a cabo la acción "con evidente desprecio hacia los sentimientos religiosos de los presentes y amparándose en su concepción socio-política de la sociedad", por lo que solicita para él un año de cárcel y que indemnice a Patrimonio Nacional con 833,41 euros por daños y perjuicios, ya que esta es la cifra calculada por el organismo público.

La Fiscalía considera probado que el escultor accedió el 31 de octubre de 2018 sobre las tres de la tarde a la Basílica del Valle de los Caídos, "ocultando en su ropa un bote de plástico con pintura de color rojo y un pincel".

Una vez en el interior del templo se dirigió a la parte posterior del Altar Mayor, donde se encuentra la tumba de Francisco Franco y, "con evidente desprecio hacia los sentimientos religiosos de los presentes y amparándose en su concepción socio-política de la sociedad", realizó sobre la lápida de la tumba una pintada con el texto "Por la libertada" y "dibujando igualmente una paloma".

El Ministerio Público recuerda que la acción tuvo lugar "mientras los niños de la Escolanía estaban accediendo al Coro y los sacerdotes celebrantes de la Eucaristía se dirigían al Altar Mayor", de manera que con su acción el acusado "perturbó el normal desarrollo de la ceremonia religiosa", que se tuvo que retrasar. Además quedó cerrado el acceso al público has que no se terminó la limpieza de la lápida.

Y señala la Fiscalía que estos actos fueron grabados por un conocido del artista que acompañó al acusado pero desconocía sus intenciones, y que la acción fue "ampliamente" difundida por distintos medios de comunicación social.

Fuentes de Patrimonio Nacional han detallado a Efe que este organismo público actúa en el ejercicio de la acción civil y reparación del daño y que se han valorado los daños ocasionados aquel día en 833,41 euros, en concepto de devoluciones de entradas a visitantes por el cierre parcial de la Basílica, los productos utilizados y el personal necesario en las labores de limpieza.

La institución muestra su respeto al normal desarrollo del procedimiento.

El escultor, grabador y especialista en "performance" Eduardo Tenreiro explicó tras realizar la pintada que se trató de una acción artística por la libertad, y al conocer la fecha del juicio sostuvo, en declaraciones a Efe, que es "ridículo" que la Fiscalía solicite esa pena "por una pintada" y se defienda así "a un dictador que ha hecho un golpe de Estado" y que cuenta con un mausoleo público.

Tenreiro aseguró que las energías para seguir esculpiendo se le han casi agotado por las repercusiones de esa acción, y su objetivo ahora es dejar que pase todo esto y después retomar sus performance reivindicativas, como aquel desfile a pecho descubierto y con una cruz por la plaza de María Pita de Coruña o su escena en la zona más animada de Nueva York, Times Square, con bañador y toalla, tumbado sobre el asfalto.