Primero fue el papel higiénico, luego las mascarillas y ahora son los test de antígenos. Las pruebas para detectar infecciones activas de COVID han ido desapareciendo de las farmacias coruñesas de forma exponencial desde que la semana pasada empezasen a dispararse los datos de nuevos contagios. “Es una auténtica locura”, describen los facultativos, que han visto estos días como los pedidos del producto se esfuman apenas llegan a las estanterías de sus negocios.

“En la última semana se ha triplicado la demanda. En las farmacias estamos recibiendo más de 100 llamadas preguntando por la disponibilidad de los test”, aprecia la vocal de junta de gobierno del Colegio de Farmacéuticos de A Coruña, Paula Briones. Aunque la farmacéutica asegura que los distribuidores de las pruebas tienen capacidad de compra y que se han seguido comprando más test para repartir, admite que el suministro es “limitado”, pues la demanda de estos test se extiende no solo a nivel gallego, sino nacional e internacional.

“La distribución quiere llegar a todas partes: Galicia, España y Europa. A eso le sumas que hay problema de transportes y que muchas vienen de fuera, y todavía se complica más”, señala Briones. A la coyuntura se suman, además, las pruebas que la Xunta ha reservado para niños de entre 5 y 12 años que todavía no cuentan con pauta de vacunación completa, lo que limita todavía más la demanda disponible de pruebas. “Nosotros pedimos los test a través de cooperativas. Los que pedíamos directamente a laboratorios ya volaron”, indica.

La percepción es la misma en las oficinas de farmacia de todos los barrios de la ciudad y su contorno. La Farmacia Villar, la más antigua de la Calle Real, dispone de pequeñas remesas que salen de su local casi tan pronto como entran. “Hasta la semana pasada teníamos de sobra, pero ahora solo nos llegan pequeños pedidos. No sabemos dónde está el problema, si hay mucha demanda o es que envían muy pocos”, reflexiona su titular, Ricardo Villar. El farmacéutico asegura que la avalancha se debe a que la gente está “nerviosa” ante la inminencia de las fechas navideñas, en las que un contagio imprevisto puede arruinar varias reuniones familiares.

Tests de antígenos y de saliva VICTOR ECHAVE

“Está habiendo muchos casos, sí. Ya hay gente que está guardando, además, muchas horas de cola en el Auto COVID. Con todo, hay que recordar que estos test están hechos para comprobar si se trata de COVID o un simple catarro en casos que presentan síntomas, y que es necesario respaldar con PCR”, advierte el facultativo. En la Farmacia Catrufo, en O Seixal, corroboran los datos de ventas estimados por Paula Briones. “En el mes de diciembre se han vendido el triple de test de antígenos que en los meses anteriores. No recordamos un boom así desde agosto, cuando se empezaron a exigir certificados en bares y los test servían para volar a algunos países. Con todo, no llegó a lo que está ocurriendo estos días”, juzga una de sus trabajadoras, Inés Pesado, que sitúa los picos de mayor demanda de pruebas el lunes y el martes, cuando los datos de contagios comenzaron a dispararse tras el fin de semana.

“Entre el lunes y el martes se vendieron más de 100 tests de antígenos en un día. Ahí fue cuando nos quedamos sin ninguno, se acabaron las existencias. Creemos que no llegarán nuevos hasta el día 3 o 4 de enero”, estima. Los farmacéuticos recuerdan, no obstante, que siguen estando disponibles los test de saliva del cribado gratuito de la Xunta, que los ciudadanos entre 12 y 65 años pueden solicitar en las farmacias presentando su tarjeta sanitaria.

Subida de precios ante la demanda

Desde las farmacias alertan que, ante la demanda disparada de estas pruebas, algunos proveedores están elevando los precios de los test a cuantías que incluso duplican su coste actual. Aunque que algunos farmacéuticos adelantan que intentarán congelar los precios de las pruebas, aseguran que muchos tendrán que subirlos para adecuarlos al coste que imponen los proveedores. “Hay algunos proveedores que dicen que también van a tratar de mantener los precios, pero la mayoría van a subirlos a partir de enero”, observa Inés Pesado.

Un temor que se replica en la mayoría de oficinas de farmacia, que adelantan un incremento de precios para el año que entran. “En las cooperativas el precio se mantiene, pero, ahora mismo, los proveedores que nos llaman para ofrecernos test duplican los precios”, advierte Paula Briones. “Están exigiendo precios que no son lógicos ni sensatos. Ahora mismo los tenemos a 7,90 y lo llegamos a tener a 5.90. Planteamos bajarlo, hay que ser razonables”, corrobora Ricardo Villar.