Sabemos que la coral coruñesa El Eco es la más antigua de España que sigue en activo, pero no cuándo nació exactamente. “Parece ser que en 1881 hubo actuaciones, pero es seguro que existía en 1882” explica su presidente, Carlos González Garcés, y, siguiendo las investigaciones del doctor Alberto Cancela, que realizó su tesis sobre el conjunto, el coro se prepara para celebrar su 140 aniversario. en 2022 El programa de actividades “depende la situación por el COVID” señala Garcés “pero, si todo sale bien, haremos una exposición en el último trimestre”.

El Eco, que durante sus primeras décadas solo integraba voces masculinas, apareció en un momento en el que los orfeones estaban en auge. “En el siglo XIX hubo un movimiento de coralismo muy importante en Europa, y en la década de 1880 se da en España” indica el presidente de El Eco, historiador de formación. En A Coruña, con una “tradición musical muy fuerte” hubo intentos de crear corales”. La plasmación definitiva llegó de la mano del compositor mindoniense Pascual Veiga, que fue organista de la Colegiata y que ha pasado a la historia, sobre todo, por la creación del Himno Gallego y la Alborada Gallega.

La primera agrupación mixta de El Eco, en 1927. | // L. O.

¿Y quién la conformaba? Según cuenta González Garcés, el perfil de orfeón más frecuente a finales del siglo XIX era el relacionado con los movimientos obreros, y en la década de 1880 hubo una efusión de interés por recuperar la música folclórica y regional. “Con Pascual Veiga se unen estos dos factores: El Eco, por encima del aspecto reivindicativo obrero, tuvo un fuerte carácter regionalista, aunque curiosamente tiene el nombre en castellano”.

Pascual Veiga permaneció al frente del orfeón hasta 1886, año en el que lo sustituyó José Castro Suárez, más conocido como Castro Chané. Ya en estos primeros años cosechó éxitos, ganando el primer puesto en un festival de corales de Barcelona al poco de nacer y consiguiendo una medalla de oro en la Exposición Internacional de París de 1889: “fueron años de gran efervescencia”.

Galardón conseguido en Barcelona por El Eco en el año de su creación, 1882. | // LA OPINIÓN Enrique Carballo

Y no paró, ya que el coro continuó activo durante el resto de la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera (en 1927 la coral se hizo mixta, con la incorporación de voces femeninas), la Segunda República, el franquismo y la democracia. “Durante décadas participó en los festivales de ópera de A Coruña, Vigo y Oviedo, y ha habido momentos en estos 140 años en los que las actuaciones fueron mayores o menores, pero nunca se llegó a diluir” señala González Garcés, que recuerda a otros responsables “de categoría”, como José Baldomir o Rodrigo de Santiago, este último a mediados del siglo pasado.

Y la coral fue sumando hitos durante todo este tiempo. “El primer disco editado en Galicia que se conserva, de 1904, es una grabación con la Alborada que hizo la coral” cuenta González Garcés, que desgrana las distinciones conseguidas por la coral que preside: “somos órgano oficial del Ayuntamiento de a A Coruña desde 1940, medalla de oro de la ciudad, de París y de Oporto, y recibimos la Cruz de los Ángeles de Oviedo”.

La agrupación en sus inicios, solo masculinos, con varios premios de fondo. | // LA OPINIÓN

Actualmente cuenta con 50 coralistas “adultos”, a mayores de una sección juvenil creada este año y llamada precisamente Pascual Veiga, con 16 integrantes de ambos sexos. “Uno de los problemas que tiene el asociacionismo es la tendencia a renovarse poco, a envejecer” reflexiona González Garcés, que sin embargo señala que El Eco ha conseguido mantener a unos 66 integrantes. “Es una barbaridad” señala el presidente, y hacen una buena cantidad de actuaciones en un año normal: “cuatro o cinco en teatro grande, otras tantas en iglesias y seis o siete actuaciones en centros cívicos. A mayores, bodas y funerales”. El COVID rompió la dinámica, pero se compartimentaron los ensayos con la colaboración de los Capuchinos, y “no ha habido ningún contagio dentro de El Eco”.

La coral, señala su presidente, exige implicación, pues cada coralista ensaya unas diez horas a la semana. El largo tiempo pasado juntos hace que sea “una familia” metafórica y a veces literal: “muchas personas son hijos o sobrinos de antiguos coralistas, y tenemos matrimonios.” El grupo también han conseguido soslayar otro de los grandes problemas de las corales, conseguir voces de hombres: “En los jóvenes hay mayor presencia de mujeres, pero en los adultos tenemos casi paridad”.