No solo las aves constituyen un peligro en las cercanías de un aeropuerto, también la vegetación. La entidad que gestiona los aeropuertos españoles, Aena, ha sacado a contratación por 479.160 euros y un plazo de tres años, los trabajos de seguimiento y vigilancia de la vegetación que rodea el aeropuerto y todas sus instalaciones (incluidos los radiofaros de Oleiros) y que exigirá inspecciones semanales y mensuales para que no sobrepase los cinco centímetros de altura en las zonas críticas de las cabeceras de la pista de vuelos, y que no tenga más de diez centímetros en las partes más exteriores. En el resto de áreas que no son críticas las masas verdes tendrán como máximo veinte centímetros, aunque se recomienda no pasar de quince.

En el entorno de la terminal en Culleredo, existe vegetación y arbustos en el recinto vallado exterior de la avenida da Hermida, en la zona donde está la central eléctrica del aeropuerto, en la casa de autoridades y el bloque técnico y en los accesos ajardinados a la terminal. En el exterior, las zonas verdes no deben exceder una altura máxima para no afectar a las instalaciones meteorológicas y sistemas de ayudas a la navegación, entre otros. Habrá que cuidar también las 62 plantas del interior de las instalaciones.

La empresa de jardinería que resulte adjudicataria deberá pedir permiso para segar con 48 horas de antelación y coordinarse con los responsables del aeropuerto para que no se vea afectada la operatividad del aeropuerto de Alvedro. Las siegas se realizarán siempre antes del día 25 de cada mes.