El Concello licitará las obras de reforma de la Casa de Veeduría, en la Ciudad Vieja, en el primer semestre de 2022, según informó ayer la alcaldesa, Inés Rey, después de que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana notificase la aprobación definitiva de una ayuda de 1,28 millones de euros que se destinará a esta rehabilitación. El Estado aportará así casi la mitad del presupuesto para llevar a cabo estos trabajos, que cuestan 2,9 millones de euros. El Gobierno local había informado el año pasado que el presupuesto sería de cinco millones de euros, pero fuentes municipales indican que esta cifra fue un error.

Las obras permitirán la recuperación del edificio, construido en el siglo XVIII y catalogado por su relevancia arquitectónica e histórica, y ampliar la cartera de servicios públicos municipales de la Ciudad Vieja. La reforma permitirá la instalación de un centro de día con comedor en el semisótano del inmueble, más espacio para el centro cívico en la planta baja, una sala de exposiciones, cafetería y zona de juegos. En la primera planta habrá una sala de estudios para alumnos universitarios, un auditorio y salas para un nuevo vivero de empresas. También en la segunda planta se instarán despachos y se ubicarán las Oficinas Técnicas de Rehabilitación del Concello.

“La rehabilitación del edificio permitirá dotar a la Ciudad Vieja de nuevos servicios y contribuirá a la reactivación del casco histórico”, indicó Rey sobre un inmueble que tiene 3.878 metros cuadrados. Fue construido en el siglo XVIII y reformado en profundidad durante los primeros años del siglo XX. Donado en 1640 por el marqués de Montaos a la Real Hacienda, albergó diversas instituciones públicas durante siglos, entre ellas la Veeduría y Contaduría militares, un organismo de control y logística que dio nombre al edificio y a la calle. Fue también sede de oficinas de Hacienda y de la Capitanía General.

En 2009 se anunció que el Gobierno Militar, entonces ocupante del inmueble, lo abandonaría, y el entonces ministro de Cultura, el coruñés César Antonio Molina, afirmó que sería la sede de un nuevo Centro de Estudios de la Cultura Europea que nunca llegó a concretarse. Se traspasó al Concello en 2014.

En 2015 el Gobierno local, que ocupaba el Partido Popular, empezó una reforma parcial para que el edificio albergase el centro cívico del barrio. Fue una obra más modesta que la que ahora se proyecta, con una inversión de medio millón de euros, pero se dotó al edificio de un salón de actos, una sala de lectura, otra de juegos y seis dedicadas a actividades varias, con los equipamientos distribuidos a través de cuatro plantas.

Aquel proyecto supuso la restauración de la puerta de acceso de la calle Veeduría, la recuperación de la estructura interior del edificio y la instalación de un ascensor en el patio, además de la rehabilitación de una nueva red eléctrica, de fontanería y calefacción.